Screamin' Cheetah Wheelies - "Screamin' Cheetah Wheelies" (1993)

...la voz de Farris es el fogonazo que definitivamente enciende la mecha de esta solución compuesta por dinamita, nitroglicerina y pólvora...

Por Jorge García.

Uno de los conciertos que con más ilusión y altas expectativas espero desde hace bastante tiempo es el que tendrá lugar el próximo día dos de diciembre en la Sala BBK sita en la Gran Vía bilbaína y que contará con los legendarios Screamin' Cheetah Wheelies.

Tras una larga ausencia en la que su carismático líder Mike Farris ha oficiado de rejuvenecido y santificado músico de soul y gospel, completamente rehabilitado de todas sus adicciones y paseando su nueva personalidad musical y personal por el mundo con furor y gloria para bendición de muchos que le hemos seguido devotamente, hace unos meses anunciaba la vuelta de su banda madre para unos conciertos por USA que según parece han despertado algo en el interior del grupo, tanto es así, que ha decidido cruzar el charco plantándose en España el próximo otoño, para solaz alegría de muchos.

Es por ello que aunque falta bastante para el Día D, un servidor, que no recibe demasiadas alegrías de unos meses a esta parte (más bien ninguna), ha decidido adelantarse con una reseña que es posible que estuviese pendiente desde hace años y que ahora, en este impás de espera, llega como antídoto al mal rollo que vengo arrastrando este verano de tan amargo sabor. Hoy vamos a hablar brevemente del debut de título homónimo de Screamin' Cheetah Wheelies fechado en el año del señor de 1993.

Si bien es cierto, y probablemente comprensible, que el protagonismo discográfico del grupo se lo lleve el descomunal "Magnolia" (reseña) alumbrado en 1996, opina este redactor que este debut no tiene mucho - o nada - que envidiar a su mítica continuación.

Los elementos contenidos en "Magnolia", en realidad ya se encontraban aquí, en plenitud y totalmente desarrollados. El bruñido y tórrido sonido sureño con alicientes rock, blues y hard-rock que fija su esencia en pretéritas aventuras como las protagonizadas por Faces, The Allman Brothers Band, Lynyrd Skynyrd o Rolling Stones y que se empareja de manera contemporánea con Black Crowes, Gov't Mule o The Steepwater Band, ya se hace explosiva en el debut e irradia su onda expansiva con contundencia y feroz intensidad.

Las guitarras de Rick White suenan fibrosas, calenturientas y encendidas en riffs y punteos, la base rítmica es cruenta y desaforada y la voz de Farris es el fogonazo que definitivamente enciende la mecha de esta solución compuesta por dinamita, nitroglicerina y pólvora. La flemática atmósfera sureña (cual relato de Tennessee Williams) y el arrebolado virtuosismo que empasta con la asilvestrada entrega juvenil hace del sonido del grupo algo que no todos consiguen conjugar en forma de canciones, siendo además estas más bien ortodoxas, sin excesivas novedades compositivas.

Pero eso sí, temas que forman un tracklist que ofrece un crisol de texturas, temáticas, ritmos y cadencias que hacen del disco un completo recorrido por los paisajes y lugares que frecuenta la banda. Así podemos pasar del furibundo blues-hard-rock de la célebre "Shakin' the blues", al puro acento del sur contenido en la excepcional "Ride the tide" o a la atmosférica y frágil "This is the time", con ciertos acentos soul y gospel o a la crepuscular "Sister Mercy".

El debut de Screamin' Cheetah Wheelies es tan explícito y perfecto como su famoso predecesor, sin un solo momento de relajo, bajón o debilidad, pues se trata de un disco rotundo y esencial dentro del rock, el blues y la música de raíz norteamericana, dentro de poco lo podremos comprobar in situ en los escenarios españoles, en la que espero y deseo (también necesito) que sea una gira antológica.