Los Suaves - "San Francisco Express" (1997) - Mis Discos de los Noventa

Crítica: Los Suaves - "San Francisco Express"


...nueve historias en las que más allá de las rimas, lo que da peso y contenido a la obra filosófico-literaria que da sentido al disco son los acontecimientos absolutamente categóricos que se tratan.
Por Jorge García.


A tenor de lo que se escucha en el séptimo disco de estudio de la banda gallega Los Suaves titulado "San Francisco Express", no se puede llegar a otra conclusión que no sea a aquella que señala que en el año del señor de 1997, Yosi y los suyos alcanzaron un excelso punto de inflexión que incide tanto en el aspecto creativo como en el referente a una sólida y reflexiva madurez.

En tal estado de gracia se gesta un disco absolutamente determinante, no solo en la carrera de la banda, si no también en el histórico discográfico del rock español.

La enjundia del trabajo da comienzo con el título del álbum que alude al cementerio de Ourense que se llama San Francisco y con el cual Yosi construye una metáfora en la que nuestro paso por la vida es un viaje en tren cuya última parada es la de San Francisco, es decir, la muerte.

Sobre esta premisa, puramente verista y en buena parte naturalista, orbitan los textos de todas y cada una de las nueve canciones (más un instrumental orquestal) que completan "San Francisco Express", nueve historias en las que más allá de las rimas, lo que da peso y contenido a la obra filosófico-literaria que da sentido al disco son los acontecimientos realistas y categóricos que se tratan.


Asuntos que en varias de las canciones se evidencian ciertamente delicados y que Yosi acomete con determinación y arrojo, al tiempo que destila sensibilidad y cuando es necesario empatía y señorío.

No es cuestión baladí hablar y reflexionar sobre y en torno a temas como la guerra y sus artífices y trileros especuladores, el día a día con hipotecas y bancos pisando los talones o directamente sobre la muerte - muy presente durante todo el disco - y menos cuando se utiliza la tercera persona del singular y esta (la muerte) llega abruptamente, con la juventud aún crepitando y por causas como el sida, es la cruel historia que nos cuentan en "Lisa 1970-1996". Si bien tanto en el tema de título homónimo, como en la inquietante "Hotel" se acomete el inevitable final de manera sublime, e incluso con licencia poética.

La cruda vida y muerte en la calle se plasma con aspereza en la magnífica - y acústica - "Sin Techo". En la mítica "Ourense-Bosnia" se narra una historia cíclica con las naciones en guerra en primer plano, las misiones humanitarias, los señores de la guerra y los jóvenes que no vuelven para abrazar a sus madres ni a acostarse con sus parejas, repudiando al tiempo a todos aquellos que salen ganando con la tragedia.

Los dramas humanos provocados por el liberalismo salvaje, que ya en los finales noventa asomaba la patita con descaro y forrado de engaños y tretas, se visualiza en "Tomás el Tendero" o "Antisocial", extraordinaria revisitación del clásico de Trust? que en 1989 popularizase Anthrax.

Otros momentos del álbum como "Preparados para el Rock and Roll" son instantes ineludibles en un disco de una banda como Los Suaves y no se podría concebir una obra como esta sin el eterno agradecimiento a la música del diablo.

Pero no podemos cerrar este episodio, que ha tardado demasiado en llegar a estas páginas, sin dar carta de naturaleza a lo que suena durante los sesenta y cinco minutos de rock de muchos quilates que nos regalan Los Suaves aquí.


Las guitarras de Alberto Cereijo - además de su portentosa labor en la producción - y de Moncho Costoya retuercen la idiosincrasia sónica habitual y ortodoxa del grupo para elaborar bellas estructuras sónicas que se enredan sobre sí mismas, yendo más allá del concepto básico de riff/punteo y creando paisajes sonoros que se adaptan a todo lo que se dice, una suerte de bello nihilismo eléctrico. 

Esta opinión vertida en el párrafo anterior, creo que me aleja un tanto de otras más que certificadas y perfectamente argumentadas que aluden al sonido de "San Francisco Express" como el más duro y metálico en la historia del grupo. En cualquier caso, no nos entretendremos en detalles que nunca restarán valía y argumentos para defender que el séptimo elepé de Los Suaves es una obra bella, madura, significativamente justa e intelectualmente rica. Una obra magna que ha tardado demasiado en llegar a este humilde espacio.

Quiero dedicar esta reseña a mi colega Borja, auténtico y genuino fan de Los Suaves, ya que recientes charlas con él me han hecho ver lo poco defendible que resultaba la ausencia de Los Suaves en un espacio como Rock and More, va por él...

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