...un hard-rock que mira a evidencias históricas que tenían en la electricidad y la potencia como conceptos musicales sus principales credenciales...
Por Jorge García.
En este año 2024 que recién ha comenzado, tengo como un buen propósito, que ahora y aquí confieso públicamente, el de hablar y reseñar sobre discos, artistas y bandas que aún no han pasado por las páginas del blog en estos doce años, y esto ha ocurrido a pesar de tratarse de grupos o autores que me gustan, es por lo tanto hora de hacer justicia con ellos.
Una de las referencias a este respecto más evidentes es la de la fornida agrupación noruega Gluecifer que hoy por fin aparecerá en Rock and More.
Si bien es cierto que cualquiera de las cinco prestaciones discográficas en formato de larga duración que dejó el grupo entre 1997 y 2004 hubiese dado perfectamente carta de naturaleza de la calidad de Gluecifer, he pensado que la cuarta entrega oficiada en 2002 y titulada "Basement Apes" podría ser la que abra una serie de reseñas sobre la banda de Biff Malibu que espero continuar en los próximos meses.
Lo robusto de la propuesta sónica de Gluecifer no interfiere en el perfecto tratamiento de las melodías ni en la finura acerada y fibrosa de su producción: perfecta, equilibrada, contundente y bella, a cargo de Káre Christoffer Vestrheim en el álbum hoy comentado.
Lo que alguien bautizó como 'rock escandinavo' no es otra cosa que un hard-rock que mira a evidencias históricas que tenían en la electricidad y la potencia como conceptos musicales sus principales credenciales, si quieren nombres apunten los de Deep Purple, AC/DC o Thin Lyzzy.
Aunque la personalidad como grupo de Gluecifer va más allá de un simple ejercicio de imitación, dotando a su música de otros elementos como el High Energy o el Garage-rock.
Esta amalgama de influencias y estilos se postulan con arrogancia y tronío como definitorios del sonido del grupo y transitan fluidamente hasta confluir en un punto concreto, para desde allí destilar un sonido de perfecta sonoridad hard, que discurre en un entorno unas veces oscuro y agorero, otras radiante y explosivo y otras viscoso y brumoso.
Desde el tema de apertura, "Reversed", un explosivo coctel pletórico de energía y frenesí, alimentado por las guitarras del tándem formado por Captain Poon y Rando Useless y la vigorosa y hierática voz de Malibu se ponen las cartas sobre la mesa y no hay manera de negarse a jugar una mano más. De hecho, la continuación con la sulfurada "Brutus" estira más si cabe la cuerda y el incendio es ya insofocable.
De aquí hasta el final se suceden temas que no bajan en ningún caso del notable y donde nos acribillan con estribillos, muros de sonido que cuentan con centelleantes teclados, majestuosos solos de guitarra y alardes vocales, además de una riqueza en cuanto a texturas que hace del disco un absoluto recorrido musical de primer orden que nunca cansa ni acusa el paso del tiempo.
"Losing End", "Easy Living" o "Little Man" que son los cortes que dan continuidad al tracklist tras los dos pelotazos iniciales, troquelan la variedad y policromía que caracteriza a este "Basement Apes" y hace de él un disco esplendido y disfrutable al que hemos hecho justicia en esta casa, pues ya tocaba y de hecho llega con bastante retraso.
Fenomenal que se pasen por aquí los noruegos, ya sabes que yo soy muy fan y he hablado de sus cinco discos en Ragged Glory. Y "Basement Apes" es una gozada.
ResponderEliminarAbrazos.
Es mi intención la de ir reseñando los cinco discos largos poco a poco. Con Gluecifer me pasó una cosa curiosa: en un ARF el el que me quedé solo y me encontré con una amiga, esperando al autobús para Bilbao (que finalmente perdí) fui con ella a ver el último bolo del festival a las tantas de la noche, eran Gluecifer y me pareció el mejor concierto de aquella edición, no los había visto antes y no me esperaba aquella apisonadora, al llegar a casa les presté mucha más atención de la que les había prestado hasta entonces, pasando desde aquél día a ser una banda absolutamente imprescindible para mi.
EliminarAbrazos.