Quique González - "Salitre 48" (2001)

Crítica: Quique González - "Salitre 48" (2001)


Demasiado talento para que todas estas canciones de pop, de rock, de folk suenen viejas o anacrónicas.
Por Jorge García.


Escuchar "Salitre 48" - segundo disco del madrileño Quique González - más de dos décadas después de su publicación, sigue siendo un ejercicio en el que se aúnan variadas, reconfortantes, nostálgicas y evocadoras sensaciones.

Siento que en "Salitre 48" Quique se auto-descubre como autor y tal vez como algo más. Siempre he sentido y hoy me sigue ocurriendo lo mismo, que en aquellas dieciséis canciones se encuentra el Quique González auténtico, no sólo el seminal músico de prometedor futuro, sino el autor que esculpe a golpe de acorde y rima su leitmotive como compositor de melodías, contador de historias y pintor de paisajes.

Se han ido arracimando años, y prendidos a ellos discos que han ido alzando a González a un nivel, no solo de aceptación crítica (siempre la tuvo) sino de conexión total con un público ciertamente heterogéneo y numeroso. 

El favor general ha llegado de la mano de la prensa especializada que ha hecho hincapié en el talento y sobriedad como autor de Quique. Alabando una trayectoria jalonada de discos que nos ofrecían a un hombre en busca de algo, quizás de sí mismo, o tal vez de un acorde que diese sentido a una historia musicalizada, o de un adjetivo preciso, o de un modus operandi que fijase un paralelismo vital con un escondido modus vivendi. En cualquier caso, una búsqueda introvertida que esculpía canciones muy especiales y que se intuían como retazos de una vida y una persona: Quique González.


La hipótesis que siempre he sentido como una certeza, y que hoy, veinte años y algunas docenas de canciones después, creo que sigue haciendo presa de mi cuando escucho la música de González, es que la búsqueda a la que se ha sometido en cada estrofa, en cada párrafo, en cada nota, estaba delante de sus ojos, más concretamente en los surcos de "Salitre 48".

A pesar de que, en principio, no tienen demasiado que ver discos como "Kamikazes enamorados", "Avería y Redención" o "Daiquiri Blues", pienso que todos ellos orbitan sobre el Quique humano y músico que de un modo más inocente, juvenil y soñador se mostró tal cual es (tal vez sin saberlo) en 2001 cuando compuso y grabó "Salitre 48".

Soy consciente de la inconsciencia que pueden suponer mis suposiciones. Más aún teniendo en cuenta que este álbum fue grabado de manera artesanal, casera, junto a Carlos Raya, sin presunciones grandilocuentes ni esperanzas de gloria, tal vez por eso es totalmente sincero, honesto y orgánico, cualidades llamadas a describir a las personalidades sin contaminar por ambiciones o codicias.

Por momentos las canciones de "Salitre" se muestran abiertas al nudismo personal y vital más absoluto. Quique nos habla de sí mismo, pero no se presenta en ningún momento como un héroe, ni siquiera como un anti-héroe, se presenta como un tipo de gustos sencillos: el hash, las fiestas de pueblo, Bob Dylan... "Día de Feria", "Perdone agente", "Carnaval"...

En otros instantes descubrimos al romántico empedernido que siempre la pifia y recuerda y se arrepiente y sigue esperando que ella vuelva... "Rompeolas", "Bajo la lluvia", "De haberlo sabido"...


Ese nudismo llega a reflexiones más íntimas: anhelos, recuerdos, temores ante el mañana, certezas que tienen más de dudas que de evidencias, la vida puesta en negro sobre blanco con melodía y algunas guitarras... "Crece la hierba", "Ayer quemé mi casa", "Tarde de perros"...


Demasiado sincero para el mentiroso y posturero rock and roll. Demasiado cándido para el folk intelectual del pasado. Demasiado joven para sentar cátedras y quedarse tan ancho. Demasiado talento para que todas estas canciones de pop, de rock, de folk suenen viejas o anacrónicas. Demasiada inspiración y verdad para no pensar que "Salitre 48" es Quique y que Quique es "Salitre 48" y el resto es una historia menos amable y naíf pero que mantiene el cordón umbilical con las canciones de este magnífico y cada vez más importante "Salitre 48".

Comentarios