DeWolff - "Love, Death & In Between" (2023)

Crítica: DeWolff - "Love, Death & In Between" (2023)

Temperaturas imposibles que enlazan la tierra pantanosa con el árido y desértico infierno, formando un estado musical casi sólido, pleno de furor, viscosa oscuridad, luminosidad ritual y conjurado rock-blues.

Por Jorge García.


Entre las muchas alquimias que engrandecen a la música podemos citar, entre otras, dos muy especiales: por un lado tenemos la mágica esencia de la atemporalidad, por otra parte, nos encontramos con el santificado don de la ubicuidad. Esta sinergia de hechizos es la que permite un intercambio libre, espontáneo y desprovisto de prejuicios de las, de otra manera insalvables, coordenadas espaciotemporales. Gracias a esta brujería es posible la existencia de un disco como "Love, Death & In between", último trabajo del terceto originario de los Países Bajos: DeWolff.

Y es que no existen fronteras, alambradas, peajes o aduanas que sean insalvables para el libre fluir de la música, esto tantas veces comprobado a lo largo de las décadas vuelve a quedar de manifiesto si atendemos al contenido de este exuberante y frondoso conjunto de canciones que hoy traemos a Rock and More.

En el noveno disco de estudio de DeWolff, la acción vuelve a ubicarse en los años sesenta, si bien en esta ocasión, es una encendida energía soul la que oficia de poderoso rescoldo, unas brasas que insuflan de carácter y fortaleza a una pira enriquecida que desparrama en derredor flamígeras llamas que crepitan con multicolores chispazos de tórrido rock sombreado (menos que en pretéritas ocasiones) de hard-rock, arrebatado blues en base al hammond y a las bruñidas guitarras eléctricas que rasgan y puntean con intensidad casi mística, gospel que llega en idílicas armonías vocales de alma y sortilegio y unos vientos que se postulan como volutas brillantes e intermitentes que se pierden en el aire, subiendo como un globo de neón, y que inundan el espacio del espíritu tribal y festivo propio de una big-band nuevaorleanesca.


Temperaturas imposibles que enlazan la tierra pantanosa con el árido y desértico infierno, formando un estado musical casi sólido, pleno de ardiente furor soulero, viscosa oscuridad, luminosidad ritual y un febril rock-blues. Una ceremonia donde lo lírico y lo épico se conjura con la mística sureña, la nigromancia de los pantanos de Nueva Orleans y el conjuro de la tradición musical americana más ancestral. Todo desde Países Bajos y en el año 2023.

Según parece, los antecedentes al alumbramiento de este álbum hay que buscarlos en un sermón oficiado en la Iglesia de Al Green en Memphis (Tennessee), durante una ceremonia a la que asistió Pablo Van de Poel, cantante y guitarrista de DeWolff, y de la que salió profundamente impresionado, hasta el punto de centrar sus esfuerzos en la construcción de su propio sermón y su particular ceremonia, que no es otra que este "Love, Death & In Between".

Una enriquecedora e inspirada conjunción de brujerías y ensalmos que forman este akelarre sónico y estilístico que les llevará a rememorar a referencias como Santana, Joe Cocker, Jimi Hendrix, Big Brother and The Holding Company The Doors.

Una montaña rusa de hammonds, guitarras, vientos, voces, ritmos… que conforman esta orgía, este pandemónium musical que se extiende a lo largo y ancho de doce coplas y más de una hora de duración, que merecen ser escuchadas y asumidas en soledad, sin incursión externa alguna. No obstante, permítanme citar algunas plegarias que a este pecador han doblegado de manera especial, como el blues de pecado y perdón titulado "Mr. Garbage Man"; la soulera y efervescente "Heart Stopping Kinda Show"; la incendiaria y exorbitante "Message for my baby" o la inmensa copla de más de 16 minutos "Rosita".

La pira se estira hacia el firmamento, las llamas se quiebran pero no dejan de brillar, de romper la oscuridad y desafiar al tiempo y al espacio. Eso es "Love, Death & In between", un delirio atemporal que atesora lo mágico, místico y espiritual de la música del diablo y de dios, para servirlo en una enfervorecida ceremonia que nadie debería perderse.

Reseña publicada el pasado 24 de marzo de 2023 en el Exile SH Magazine.

Comentarios

  1. Joder Addi!, te había visto exacerbado a veces pero no tanto como en esta entrada, pareces el sacerdote que araña las catacumbas sonámbulas. Tengo pedido esta disco y, después de leerte, me ha entrado la mejor paranoia.
    Abrazos,

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    Respuestas
    1. Jajaja... Ya me contarás qué te parece el disco, creo que en lo que vamos de año sería mi número uno.
      Gracias Javier y un abrazo.

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    2. El "Mad Dogs & Englishmen" brillantísimamente revisitado, una auténtica pasada de disco, hay momentos en que suena a los mejores músicos de sesión de Muscle Shoals, Bonnie & Delaney Bramlett, James Brown..., hasta se cuela algo de Prince por algún surco suelto. Una maravilla de disco.
      Junto al "Rides On" de Nude Party, lo mejor del año, sin ninguna duda.
      Abrazos,

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    3. Completamente de acuerdo. En cuanto a Nude Party aún no lo he escuchado con atención y lo que es peor, este fin de semana en el Azkena me los perdí entre unas cosas y otras, no se puede estar a todo.
      Abrazos.

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