Pretenders - "Pretenders" (1979/1980)

Crítica: Pretenders - "Pretenders" (1979/1980)

El punk-rock se puede ver más en detalles concretos que en conceptos definidos...

Por Jorge García.


The Pretenders no ha sido nunca una de mis referencias sagradas en esto del rock and roll, no obstante debo reconocer que sus primeros discos siempre me parecieron resultones y muy disfrutables, y que el primero de ellos de título homónimo, me parece una gozada.

Tenía a la banda de la Hynde bastante olvidada hasta que en 2020 volvieron a atraparme gracias al estupendo "Hate for sale" del que en su día hablamos aquí. Desde entonces he ido repasando su histórico musical y he vuelto a rendirme a sus primeros trabajos.

Así que me ha parecido buena idea repescar su primer elepé para recuperar la sección Mis discos de los ochenta con aquél cancionero con el que daba comienzo la injustamente denostada década de los sintetizadores. Algunos dirán y con razón que el disco fue presentado en diciembre de 1979 en UK, pero no apareció hasta enero de 1980 en USA, y si me lo permiten voy a tomarme la licencia de marcar como fecha de publicación esta última.

"Pretenders" es un disco que podríamos clasificar como un evidente y significativo hijo de su época. La banda anglo-americana recoge las influencias de un tiempo que se va extinguiendo, un momento en el que se diluyen los insinuantes sonidos guitarreros de la escena neoyorquina de los últimos setenta con sus ecos regurgitados del "Marquee Moon" de Televisión, y éstos se funden con la esencia sónica de la recién llegada new wave.

El punk-rock se puede ver más en detalles concretos que en conceptos definidos y se deja abordar por un rock que conjuga la sofisticación con el ferroso sonido del agonizante punk que estalló menos de un lustro antes de la grabación de este álbum.

La característica voz de broncíneo color de  Chrissie Hynde es el inequívoco aspecto diferenciador de la propuesta artística de Pretenders, su fraseo y proyección son una auténtica denominación de origen que permite que un tema suyo sea reconocible entre un millón, y eso es algo que tiene un peso específico que es justo destacar y poner en relieve.

La producción, obra de Chris Thomas, con la excepción del single de éxito "Stop your sobbing" que produjo el inefable Nick Lowe sobre una toma original de The Kinks, aporta una luminosidad al sonido que parece anticipar las texturas que habrían de dominar el rock en los próximos años. Una propuesta rica en fluidez sin que ésta vaya en detrimento de una personalidad aún amarrada a los setenta, a los clubs, al underground y al punk-rock callejero.

El éxito del disco vino determinado por el fuerte impacto que obtuvieron singles como "Brass in pocket" o Kid", junto al mentado "Stop you sobbing" que lanzaron a Pretenders a un estrellato que les puso como cabeza del cometa sónico que habría de determinar formas y fondos durante los siguientes años.

No obstante el disco es una compilación de temas de fuerte pegada, de manera que cualquier otro corte podría haber sido un éxito comercial y radioformulero, por lo cual nos encontramos ante un disco cuya escucha es un disfrute en el que se siente el rock, punk, glam o new-wave como ejercicios de estilo y pelotazos musicales robustos y con todo el ácido propio del rock más intrínseco.

Temas como la taquicárdica "Precius"; la nuevaolera "The phone call"; la rugiente y asfáltica "The wait" o el climático instrumental "Space invaders" dan buena cuenta de un álbum redondo en su concepción, que permanece inmune al paso de las décadas y que convierte a Chrissie Hynde en una figura atemporal y un icono del rock en toda su magnitud, efigie que se edifica en base a su carácter como interprete.

En resumen y termino ya, debo decir que por todo lo apuntado puedo certificar que el debut de Pretenders es uno (más) de mis discos de los ochenta.

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