Dion Lunadon - Beyond Everything (2022)

Crítica: Dion Lunadon - Beyond Everything (2022)

...emana esa sensación industrial de desasosiego sónico y adherencia tóxica a sus proclamas enérgicas...

Por Jorge García.


Cada año hay una remesa de discos que pasan desapercibidos para casi todo el mundo. Si de algo podemos presumir aquí es de que algunos de ellos pasan por esta bitácora y en mayor medida aún por mi otra casa: el Exile SH Magazine.

Hoy vamos a dedicar unas líneas a uno de estos trabajos ignotos para casi todos y que en esta ocasión pasó primero por el Exile y ahora lo hace por Rock and More. Me refiero al trabajo publicado en el presente año por Dion Lunadon y titulado "Beyond Everything".

Neozelandés de Auckland afincado en New York, partícipe de proyectos pretéritos como The D4 y A Place To Bury Strangers y que ahora presenta su segundo disco largo, también cuenta con un EP publicado durante la pandemia.

Arquetipo de artista oscuro y distante, de esos que disparan a dar con sus controvertidas construcciones sónicas basadas en influencias punk-rock, post-punk o new wave con diseminadas esencias surf, garage o grunge. Se define a sí mismo en cada inflexión vocal, cada frase que suena como dejada caer de la boca o mediante la infecciosa acción trepidante y anárquica de sus guitarras.

Presenta un disco que responde fielmente a estas premisas expuestas y que emana esa sensación industrial, de desasosiego sónico y adherencia tóxica a unas proclamas enérgicas y en ocasiones extravagantes o desquiciadas.

El álbum fue presentado hace meses con "Living and dying with you", un frenético corte de influencias garage, surf y punk que es toda una declaración de intenciones sobre los ascendentes que maneja este tipo.

Pero diremos que en este disco se articula de manera inmejorable la máxima aquella que reza que en la variedad está el gusto, y esto se demuestra observando la deriva new wave, programaciones electrónicas incluidas, con que nos recibe el álbum con la inicial "Goodbye Satan", un canto puramente ochentero ajeno a furias guitarreras distorsionadas.

Solo por citar algún momento destacable más, merece una mención el punk húmedo ochentero reubicado en los noventa por alguna intrépida formación de la época titulado "Screw Diver"; la garagera de bombeante bajo y patógenos teclados titulada "Too hard to live, too young to die"; la pantanosa acción punk que evoca a los Stooges de "Nothing buy my skull" u otros dos singles de rudos riffs y explosión punk-rock como son los estupendos "It's the truth" y "By my side".

Queda descartado que este álbum sea lo más comentado del año en esta piel de toro, más proclive a otras historias menos reaccionarias, ruidosas, desaliñadas e industriales. Pero al menos aquí dejaremos impronta de la impresión que en algunos ha causado este cancionero, poco empático con oídos sensibles y mentalidades acomodadas a FMs y MTVs, estrellas de moda y lentejuelas pop. Para el resto queda la recomendación, o al menos sugerencia, de escuchar uno de los discos más enérgicos y nihilistas del año en curso.

Se recomienda visitar la reseña que sobre este mismo trabajo publicó Juanjo Mestre en el Exile SH Magazine.

Comentarios

  1. Pues sí, uno de esos discos que son claramente de los mejores del año y pasan desapercibidos. Un abrazo y gracias por la mención, mysuperfriend.

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    1. Dese luego estará arriba en mi lista de lo mejor del año. Un disco nihilista e iracundo sónicamente.
      Abrazos.

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