Fast Eddy – Take a look (2022)

Crítica: Fast Eddy – Take a look (2022)

…combinando rock clásico, hard-rock, booguie e incluso power-pop y glam-rock en cuidadas y sutiles proporciones.

Por Jorge García.


A pesar de que “Take a look”, nuevo disco de la banda de Denver Fast Eddy, lleva en la calle desde el pasado invierno, no parece que haya calado demasiado en la prensa especializada a tenor de la ausencia casi total de reseñas y noticias vertidas sobre ellos en estos meses.

Tal vez sea cierto aquello de que no son buenos tiempos para el rock and roll y que los aires de futuro tienen otras sintonías y temáticas que interesan más que las viejas soflamas de nuestro querido rock, los tiempos cambian, o alguien los cambia, eso ya no lo sé.

De cualquier manera, no me cabe ninguna duda de que “Take a look” es un artefacto que disfrutarán todos aquellos que sigan excitándose con el rock and roll.

Fast Eddy

Grabado durante los meses de pandemia en Atlanta bajo la ortodoxa (que no vetusta) y vigorizante producción de Tuk Smith, el disco encierra todos los secretos, que hace décadas que dejaron de serlo, de la música del diablo combinando rock clásico, hard-rock, booguie e incluso power-pop y glam-rock en cuidadas y sutiles proporciones.

No se esconden a la hora de plasmar sus influencias, así se puede apreciar un apego especial por la poderosa fórmula utilizada por Thin Lizzy; si bien sentiremos la presencia e influjo de The Rolling Stones o de Chuck Berry, en especial en algunos riffs que indeleblemente nos lo recordarán.

Aunque la silueta de su sonido y estilo lo dibujan con claridad meridiana en el single de título homónimo que lanzó el disco hace meses y que nos hará una idea clara de lo que pretenden estos chicos.


Poco más de media hora repartida en diez temas donde los riffs incendiarios triturarán melodías sencillas pero efectivas y urgentes, frenéticas actuaciones rítmicas con bajos y baterías actuando a la vieja usanza, estribillos voceados y desfogados a los cuatro vientos y optimismo, energía y rock and roll a raudales.

Clasicismo con fibrosas guitarras y coros soleados en “Milwaukee”; frenético hard-rock ochentero en “Kill city”, medios tiempo rebosantes de raíces y carretera en “Help me”; una dosis punk que se aplica a la ecuación en “Hurricane Alley”; guiños a Chuck Berry en la furiosa “Lost” o coloridas guitarras que decoran de actitud la estupenda melodía de “Frankie died” son algunos de los momentos que voy a destacar, sin que ello quiera decir que el resto del metraje carezca de méritos, pues no hay material sobrante en “Take a look”.

Tal vez nunca se haya sentido el rock and roll tan exiliado como en estos tiempos. Pues bien, aquí no le faltará un espacio para que despotrique y deje escapar su actitud y energía, que a pesar de las décadas, sigue insuflando de vida a muchos y muchas. En este estupendo, divertido y revitalizante disco podrán disfrutar del rock de siempre, el que nos gusta.

Reseña publicada el pasado 2 de agosto de 2022 en el Exile SH Magazine.

Comentarios