La ciudad vive desde ayer la vorágine de la Aste Nagusia. Como un servidor trabaja poco va a vivir la fiesta, pero el ambiente se empapa de alegría y más ganas que nunca de disfrutar y arrancar las telarañas incrustadas en el alma a golpe de bailoteo y nocturnidad.
Parece que el tiempo pasa a otra velocidad: más lento por la mañana, más rápido y vertiginoso por la noche (creo recordar que las noches de fiestas eran así, fulminantes).
En cambio yo he decidido poner un contrapeso a toda esta espiral fiestera. Para ello he elegido como escucha para esta mañana un disco sin demasiados alicientes festivos, aunque tampoco pretendo amuermar a nadie.
Creo que este equilibrio lo he encontrado en un álbum de esos que siempre te han sentado bien, con momentos melancólicos e incluso amargos pero con alguna explosión de vitalidad. He pinchado uno de esos discos que he escuchado millones de veces y que de unos años a esta parte no suele girar en el plato.
Me ha parecido un buen día para que Springsteen vuelva a sonar en casa, y lo ha hecho por medio de mi disco favorito suyo, el sublime "Darkness on the edge of town".
No hace demasiado hablaba con un amigo de este disco y ambos recordábamos uno de los mejores momentos del disco que curiosamente no es el más comentado o celebrado. Nos referíamos al tema titulado "The Factory".
Y esta gran canción es la que va a sonar esta mañana. Bruce rompiendo la calma resacosa de la primera mañana de la Aste Nagusia 2022.
¡Feliz domingo!
Una maravilla de canción en un disco enorme, Jorge. Pues yo ando por Donosti unos días, muy desconectado de casi todo, pero siempre viene bien pasarse por tu blog.
ResponderEliminarUn abrazo.
Buen sitio para pasar unos días de descanso. De todas maneras aunque yo de momento tengo lejos las vacaciones aún, gracias por la visita.
EliminarAbrazos