The Brevis Frond - New River Head (1991) - Mis discos de los noventa

Crítica: The Brevis Frond - New River Head (1991)



..."New River Head" es una obra profundamente imaginativa, en la que refulgen síntomas sónicos extraídos del rock progresivo, la psicodelia, el Hard Rock o el rock alternativo.

Por Jorge García.


El otro día comentaba en RR.SS. (Si, yo también las uso) que es posible que de todos los discos publicados durante el año 2021, el último de los ingleses The Bevis Frond titulado "Little Eden" y comentado en su momento aquí, es el que más está girando en mi equipo en este 2022.

Esto me ha hecho volver la vista a otros discos de la banda que permanecían en un injusto y muy poco inteligente por mi parte stand-by.

Así que estas últimas semanas he ido recuperando discos pretéritos de la banda capitaneada por el magnífico Nick Saloman. Este ejercicio me ha indicado la conveniencia de hacer un alto en el camino para poner en negro sobre blanco algunas premisas y loas a la que considero su gran obra, el imprescindible álbum grabado por la banda en 1991 y titulado "New River Head".

Este trabajo es un abrumador conglomerado de estilos e influencias, una exquisita amalgama de etiquetas y fundamentos musicales que se evidencian como sobresalientes tanto en composición, como en producción, como por supuesto, en ejecución.

Y todo esto sin olvidar la imaginación, pues "New River Head" es una obra profundamente imaginativa, en la que refulgen síntomas sónicos extraídos del rock progresivo, la psicodelia, el Hard Rock o el rock alternativo.

Un disco doble (una de las marcas de la casa) en el que no sobra nada. Y eso que no se arrugan a la hora de extender la duración de muchos de sus temas por encima de los seis, ocho e incluso 16 minutos. En este sentido podemos retorcernos con psicodélicos discursos de guitarras distorsionadas bramando durante casi ocho minutos y medio en la totémica "Solar marmalade". Por otro lado, en la plácida y sublime "Stain on the sun" iniciamos un extenso viaje lisérgico que nos acercará a los Pink Floyd más accesibles; en ambos casos Saloman demuestra el compositor y guitarrista gigantesco que es, aunque parezca que casi nadie se ha dado cuenta.

Hacía hincapié más arriba a la variedad estilística que caracteriza el disco, demostración incuestionable de que estamos ante una lección de estilo, o tal vez todo lo contrario, no lo sé. En cualquier caso la intrépida trashumancia de estilos que se experimenta en "New River Head" nos hace acabar en cortes accesibles de poco más de dos minutos que ganarán al oyente con liviandades en clave de rock suave tan notables y cercanas como "He'd be a diamond" o  explosiones de distorsión anárquica y deriva punk como la tétrica "Undertaker".

Hablar de un disco sobresaliente es hablar de su sonido, creado en base a una producción y pretensiones preconcebidas, pero el trabajo de estudio sería inútil sin una relación de composiciones a la altura del objetivo a conseguir. En la magna obra que nos ocupa, Nick Saloman produce el disco alcanzando plenamente el destino perseguido y lo consigue gracias a unas composiciones pluscuamperfectas, debidas en su totalidad a su talento. Este logro (repetido en sucesivos discos en mayor o menor medida) debería colocar a este músico en la órbita de otros grandes de la historia del rock, cosa que desgraciadamente no ocurre. 

Desgranar canciones de este trabajo es recorrer diferentes texturas e incluso estilos o injerencias de otros géneros anexos al rock iniciático que alumbra la música de The Bevis Frond. Así el folk continental propio de algunos parajes de las islas británicas asoma en "Waving", el Hard Rock más histriónico hace lo propio en poderosos momentos instrumentales como "White sun" o en temas cantados como la reptante "She's entitled to". Por su parte la psicodelia más densa hace presa de "Drowned".

Incluso se aprecian sensaciones blueseras en temas con esencias grunge como la excelente "Wild Jack hammer" o recorridos eléctricos en clave hard-blues en otra joya como "Blurred vision".

Hablar de todos y cada uno de los veintiún temas de este doble elepé haría esta reseña demasiado larga (tal vez ya lo sea) y eso que aún no hemos cambiado de disco. En el segundo CD nos encontramos con cinco temas, aunque nos detendremos únicamente, y con la vocación de no extenderme demasiado, en "The Miskatonic Variatons II", última estación de este viaje, una experimental pira de más de 16 minutos de flamígeros sonidos guitarreros en clave psicodélica y hechuras de jam que habla por si misma de la categoría como músicos de The Bevis Frond.

Hay más, mucho más, pero como digo no es necesario detenerse en cada rincón de este álbum, disfrutarlo es una opción, una vez iniciado el viaje, ceo que muchos repetirían el trayecto, yo desde luego no estoy por la labor de dejar de otear el paisaje sonoro e imaginativo de esta soberbia obra de esta banda británica comandada por el enorme Nick Saloman titulada "New River Head".

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