Robyn Hitchcock & The Egyptians - Element of light (1986) - Discos repescados

Crítica: Robyn Hitchcock and The Egyptians - Element of light (1986)

Tal vez este sea el episodio en el que Hitchcock más cerca ha estado de sus siempre añorados The Soft Boys, con ciertos guiños estilísticos al John Lennon del 66...

Por Jorge García.


"Element of light", el segundo disco del londinense Robyn Hitchcock junto a The Egyptians parecía adolecer del nervio y la tensión un tanto delirante que tanto me gustó en el estreno con esta nueva nueva banda de acompañamiento titulado "Gotta let this hen out!" y publicado un año antes. O al menos eso me pareció percibir cuando me aventuré con él hace ya varios años.

No volví sobre este disco en mucho tiempo y pasó años durmiendo el sueño de los justos en mi memoria. Cuando en 2017 el eterno canoso publicó aquél primoroso disco de título homónimo que tanto me entusiasmó, decidí probar si cometía un error ignorando aquél cancionero o si los recuerdos, tal vez corrompidos por el recelo hacia él y también por el paso de los años, me estaban jugando una mala pasada.

Ignoro si la química puede tener algo que ver en estas lides, pero el efecto que produjo en mi la escucha de estas diez canciones tanto tiempo denostadas fue fulminante. Me encontré ante un disco melódico y de ritmos medios y lentos, lírico y elegante, pero también con el músculo suficiente para que todas aquellas coplas se mantuviesen tensas y vibrantes, bellas pero no frías, plácidamente vivas.

Un disco conformado con los elementos propios del británico: pop de leves toques psicodélicos, refinadas siluetas melódicas adornadas con guitarras titilantes, exquisitas texturas en teclas y grácil base rítmica con adecuadas líneas de bajo y sutil golpeteo de parches y caja. Y la voz fluida, sensual y de bello timbre característica de Hitchcock.

Tal vez este sea el episodio en el que Hitchcock más cerca ha estado de sus siempre añorados The Soft Boys, con ciertos guiños estilísticos al John Lennon post 65 (el propio autor siempre ha concedido carta de naturaleza a esta afirmación) incluyendo incluso algún ligero apunte oriental camuflado pero no oculto, escúchese la inquieta "Lady water and the hooded one" con que se cierra el álbum y que se trata de una de las dos piezas grabadas en vivo para la BBC y que así fue incluida en el set definitivo.

Esta copla poco parece tener que ver con la pegadiza y barroca pieza con la que se rompe el hielo "If you were a priest" o con la sinuosa y volátil "Winchester" de etérea cualidad pantanosa, y mucho menos con la lennoniana y explosiva "Somewhere apart".

Deliciosas armonías vocales en "Ted, Woody and Junior", entre CSN y John Lennon una vez más; la solemne "The president" (la otra canción grabada en vivo, también para la BBC) narra la visita de Ronald Reagan al lugar donde fueron enterrados elementos nazis de la Waffen-SS en Bitburg. Un recordatorio al célebre escritor de género noir Raymond Chandler en "Raymond Chandler evening"; una visita a la playa favorita de Hitchcock, Compton Beach, en la isla de Whight, en la etérea "Airscape"; una dinámica y trepidante escaramuza pop como "Bass" y una tonada casi medieval, una especie de arcaico folk boscoso titulado "Never stop bleeding" completan este magnífico elepé.

Punto culminante en la brillante carrera de Robyn Hitchcock, un trabajo perfecto que contiene elementos sónicos, inspiracionales y atmosféricos que, junto a la perfección melódica habitual en el protagonista de esta reseña, conforman un disco que, una vez repescado, me veo en la obligación de reconocer que no me entra en la cabeza la primer percepción que hace algunos lustros tuve de él, pues se trata de un álbum extraordinario, y esa opinión es exactamente la que he intentado plasmar aquí.

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