Manu Gastado - Kosmik Street (2021)

Crítica: Manu Gastado - Kosmik Street (2021)

…Melodías cuidadas y perfectamente calibradas para empastar con un sonido en el que las guitarras y las teclas ponen el pop y el clavicordio, el melotrón o la guitarra de doce cuerdas ponen la psicodelia.

Por Jorge García.


Manu Gastado, guitarrista, compositor y miembro de la banda santanderina Los Tupper, que han aparecido en numerosas ocasiones en esta bitácora, tiene en la calle desde hace unas semanas su ópera prima en solitario titulada “Kosmik Street”.

Recomendamos de entrada la edición en vinilo, que ya está disponible en la red y también en algunas tiendas desde hace tiempo, y volvemos a recordar este sorprendente y sumamente climático trabajo.

Es posible que algunos, entre ellos el que suscribe, esperasen otro tipo de disco de Manu Gastado: más glam, más rock, más maldito, más Nikki Sudden, más Dave Kusworth…

Manu Gastado

¡¡Pues no!!!, “Kosmik Street” es otra cosa, es un elaborado muestrario de sonidos pop, psicodelia, Byrds, Beatles, Londres, San Francisco…

Pero que lo que suena aquí no sea lo que yo esperaba, no significa ninguna decepción, o al menos no lo es después de escuchar el resultado final: Melodías cuidadas y perfectamente calibradas para empastar con un sonido en el que las guitarras y las teclas ponen el pop y el clavicordio, el mellotrón o la guitarra de doce cuerdas ponen la psicodelia.

Esencias del verano del amor, de la costa oeste, del Swinging London o de los años del reinado del LSD inundan de melancolía y colores catadióptricos este reposado y absorbente conjunto de canciones, que destilan una creencia sincera en lo que se hace y mucha fe en la grandeza habida en la cara B de los sesenta.

Con inequívocas alusiones estilísticas a discos como el “Revolver” beatlemano o al “Pet Sounds” de los Beach Boys, pero con los primeros Pink Floyd en el punto de mira, Gastado va desplegando un collage sumamente nutritivo en sonidos y sensaciones que se traduce en canciones como la mística “Rising sun” o la Lennoniana (en solitario) “Blessing in disguise” que rompen el hielo y atrapan nuestra atención.

Equilibrio y variedad que presiden las bondades de temas que van del pop psicodélico de tono seminal de la estupenda “Sweet confusion” a la espacial y volátil, con incursión de acústicas, “Kosmik overdose” o a un juguetón divertimento beatlemano como “Carolyn”.

El reciente single “Moonlight girl” es una de las piezas centrales del tracklist, llena de detalles sónicos sesenteros y un melancólico acento, la presencia de los Kinks en mi favorita del lote, “Madonna’s dream” y un tema que parece llevar la firma de George Harrison como “Miracle Love” dan carta de naturaleza a este álbum, postulándolo como uno de los mejores reclamos de pop lisérgico publicado por estos lares en los últimos lustros.


Se completa este cimbreante recorrido por el lado ácido del pop con otros dos estupendos cortes: “The world keeps turning” y “Ruby Ruby” que no desmerecen en absoluto al resto de instantes notables de “Kosmik Street”.

Celebro este disco, un giro estilístico de un músico que, si bien le tenemos relacionado con el binomio Sudden/Kusworth o incluso Jagger/Richards, aquí se acerca a otro no menos mítico como es el celebérrimo Lennon/McCartney. Finalmente se trató del último disco nacional de 2021, pero desde luego fue una guinda exquisita para coronar el pastel.

Reseña publicada el pasado 19 de diciembre en el Exile SH Magazine.

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