Golpes Bajos - Devocionario (EP) (1985) - Mis discos de los ochenta

Crítica: Golpes Bajos - Devocionario (EP) (1985)

.

..una vuelta de tuerca más a la moderna y al tiempo kitsch visión que del pop tenía el dueto formado por Teo Cardalda y German Coppini...

 

Por Jorge García.


Tan solo con tres publicaciones discográficas, dos de ellas en formato EP (antes conocido como mini-lp), la formación gallega de Vigo, Golpes Bajos, dejó una huella profunda dentro de la música española, manteniendo, más de treinta y cinco años después de su ruptura, ese halo de verso libre dentro de la movida y del pop patrio en general.

Esto no quita que su tercera entrega, un EP de seis canciones titulado "Devocionario", no fuese entendido prácticamente por nadie en el año de su publicación, y mucho me temo que hoy en día ni siquiera eso: pues la sensación que desde hace años percibo es que ha pasado al más oscuro y triste de los olvidos.

¿Era tan malo "Devocionario?. Ni mucho menos, todo lo contrario: se trataba de una vuelta de tuerca más a la moderna y al tiempo kitsch visión que del pop tenía el dueto formado por Teo Cardalda y German Coppini, donde el primero dejaba en libertad cualquier ocurrencia compositiva que le pasase por la cabeza sin atarse a moderneces impuestas por la famosa movida madrileña y el segundo recreaba con sus textos una satírica visión de la naturaleza humana, resaltando la frontera generacional que se levantaba imparable en la época y haciendo especial hincapié al entorno rural, o al urbano en la versión más proletaria y emigrante; enfatizando sus cuentos, tradiciones y costumbres más excesivas, demostrando que muchas estaban, ya en los ochenta, en pleno proceso de descomposición.


¿Qué en esta tercera entrega se zambullen en el pantanoso fango sónico y conceptual que ellos mismos habían creado en sus trabajos precedentes, sin medir las consecuencias comerciales que podían devenir en el caso de experimentar un exceso a la hora de profundizar en su mundo interior?... Posiblemente. El caso es que el público se quedó perplejo ante un grupo que muchos consideraban que se habían pasado intentando ser demasiado ellos mismos.

No parecen especialmente preocupados en repetir el éxito que desde su advenimiento al mundillo musical les venía acompañando y se aventuran en melodías más elaboradas y bruñidas, pero menos pegadizas y funcionales, sonidos más pulidos pero menos coloristas (hay mucho blanco y negro en este disco, y no solo en la portada) y unos textos donde el factor sorpresa ha desaparecido (al igual que la forma de frasear de Coppini) pero que se tornan más serios, afilados y punzantes, incluso hirientes o burlones.

Tras un prólogo instrumental atacan con un reflexivo tema que trata la amistad en un tono pesaroso (¿habla de la relación en aquél momento entre las dos cabezas visibles y pensantes del grupo?), pero también sensible y tierno, curiosamente el tema se titula "Desconocido".

Sigue "La virgen loca", tema llamado a ser el single del disco y que recuerda a ciertas coplas que les propulsaron en el pasado como "Escenas olvidadas" o "Colecciono moscas", con influencia latina e incluso funky y continuando con ese mundo en imparable proceso de rendición ante la nueva juventud de un país que se desperezaba tras años dormitando en la miseria y el miedo.

Similares comentarios se pueden hacer sobre "Ayes", mi tema favorito del lote, con acelerada acción guitarrera y un Coppini cantando frenéticamente un texto que parece propio de cualquier telepredicador tratando de aterrar a los fieles, una segunda parte en cuanto a sonido de "La Reclusa", favorita personal del precedente "A Santa Compaña".

"Trabesuras de Till" es una triste balada mística y fantasiosa, como un cuento extraído de los testamentos apócrifos de J. R. R. Tolkien, para terminar con "Santos de devocionario" que continúa actuando sobre la liturgia católica de la iglesia más cerril y oscurantista de los pueblos atemorizados por Franco y el Diablo (como si no fuesen lo mismo).

Finaliza abruptamente este último corte, de la misma manera que terminó la vida del grupo. Hace tiempo que quería reivindicar "Devocionario", un disco complejo, arriesgado hasta la irresponsabilidad y que no parece propio de un grupo de veinteañeros. Pero así fue la fugaz historia de Golpes Bajos, una mezcla de irreverencias musicales aderezadas con particularidades descriptivas y con un tono de nostalgia que muchas veces parecían brotar de boca de una sociedad que independientemente de su edad corría hacia el desfase, el olvido y la incomprensión de quienes les tomarían el relevo y cambiarían el mundo a su alrededor. 


Comentarios