Concierto: Cracker - Kafe Antzokia, Bilbao (02/12/2021) - WOP Festival


Hacía mucho tiempo que no penetraba por entre los muros del Kafe Antzokia, en realidad no recuerdo la última noche de rock and roll que pasé en la mítica sala de San Vicente, antes del cierre de la cultura.

Es por ello que no pude evitar un leve hormigueo en el estómago cuando ayer penetraba por esa puerta tantas veces franqueada. Que se tratase de un evento organizado por la fundación The Walk on Project (que lucha contra las enfermedades neurodegenerativas) y que sobre el escenario pudiésemos ver una vez más a los californianos Cracker, componía un marco inmejorable para un feliz retorno al Antzoki.

Y así fue. Tras la actuación vibrante y rockera de la banda de Mikel Rementería (auténtica alma y corazón de este proyecto), The Wop Band, que despacharon un breve pero encendido repertorio muy bien interpretado, llegaron Cracker.


Mikel Rementeria & The WOP Band

La foto fija que un servidor tiene en la memoria de la banda de Bakersfield está formada por un David Lowery en el centro con la acústica colgada al cuello y a su derecha Johnny Hickman deslizando sus dedos por el mástil de una Gibson Les Paul negra. Ayer esa foto fue sustituida por otra: Lowery con una Fender Jaguar azul claro (solo tomó la acústica en cuatro ocasiones) y Hickman luciendo una Stratocaster de un color entre oro y bronce.

Quiero decir con esto, que el de ayer fue el bolo más eléctrico y puramente rockero de los cinco que he tenido la suerte de presenciar de esta banda favoritísima de la vida. Por supuesto, este particular ha sido motivo de encendida celebración por parte de un tipo como yo. 

Cracker son lo que son: una de las mejores (¿la mejor?) banda de rock alternativo de las últimas tres décadas. El desgraciado hecho de que en los últimos años distancien en el tiempo la publicación de sus trabajos lleva consigo que sus últimas giras no sean vehículos para presentar ningún disco, por lo cual tienen absoluta libertad para chequear su discografía, picoteando de sus álbumes sin ningún compromiso relacionado con labores de promoción.


Cracker

Por supuesto la banda suena como un tiro: Lowery sigue cantando con crudeza y épica, gracias a una potente voz de viril timbre y Hickman hace décadas que demostró que es uno de los mejores guitarristas de su generación. Además están apoyados por una solvente y sólida base rítmica que redondea el sonido de la banda, que suple con talento e intensidad la mínima formación que presentan en esta gira.

En cuanto al setlist, diré que me pareció perfecto, con presencia de temas eléctricos pero intercalando pausas crepusculares de manera efectiva para dar un respiro al personal.

Con un quinteto inicial de temas pletóricos que nos pusieron a todos en pie de guerra: "Been around the world", "Seven days", "Teen Angst (What the world needs now)", "100 flower power maximun" y "Sunrise in the land of milk and honey".

Y a partir de esta fogosa carta de presentación, las canciones fueron cayendo como misiles sobre un auditorio entregado al mejor rock americano que se practica en la actualidad. Sonaron temas de varios de sus discos más célebres, a saber (si la memoria no me falla): "Somebody", "Get off this", "Waiting for you girl", "The world is mine", "I want everything", "Euro Trash Girl", "Sweet thistle pie", "Movie Star", "Don't fuck me up (with peace and love)", "Time machine", "The Golden age", "Show me how this thing works" y "Low".


David Lowery & Johnny Hickman

Apenas unos segundos después vuelven para encarar los bises: el precioso vals "Dr. Bernice", "Another song about the rain" cantada por Hickman, "Beautiful" (único momento de su último trabajo) y el tema de Camper Van Beethoven, cover de un viejo tema de Status Quo de 1968, "Pictures of Matchstick men" con el que terminaba la fiesta.

El público, exultante y satisfecho, abandonaba la sala pasadas las doce de la noche con ganas de más, es imposible saciarse de música cuando los oficiantes son unos tipos como Lowery y Hickman, por quienes no pasan los años y que siguen dispuestos, como hace treinta años, a servir inolvidables noches de rock and roll.

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