Mike Oldfield es un músico al que recurro de vez en cuando. En realidad no me puedo considerar un gran seguidor del británico, aunque debo reconocer que alguno de sus discos marcaron de manera poderosa mis inicios como melómano.
En realidad dos discos: "Crises" y "Discovery": seguramente por su impacto mediático y porque un servidor apenas contaba doce o trece años y tanto aquellas canciones como los largos temas instrumentales que se incluían entre hits varios llamaban poderosamente mi atención, en cierto modo aquello era diferente a otras propuestas de la época.
Recuerdo la llegada de "Discovery" a las tiendas como un maná que caía del cielo para saciar mi sed de música. Ojalá hoy en día pudiese albergar esa ilusión ante la compra y escucha de un disco, les aseguro que ya no es así.
Y aunque también los tres primeros discos de Oldfield me gustan mucho, y aquél extraño directo titulado "Exposed" lo conservo y escucho de vez en cuando, mi disco favorito por diferentes motivos, entre ellos sentimentales y nostálgicos, siempre será "Discovery".
Poco a poco fue perdiendo la pista de la actividad de Mike Oldfield, pero hay una canción que siempre que suena me hace volver a los años ochenta y a mi incipiente adolescencia.
¡Feliz domingo!
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