"Heaven and Holy" es un trabajo con aciertos evidentes y momentos brillantes, un trabajo de fino y suntuoso pop-folk alternativo que no defraudará a los seguidores de bandas como las que comandan los insignes Earl y Donaldson...
Por Jorge García.
En el año 2018, dos viejos amigos se animaron a fabricar un ramillete de canciones con la intención de grabar un disco juntos, se apartaron momentáneamente de sus bandas titulares y diseñaron un proyecto musical conjunto que bautizaron como Painted Shrines.
Los dos viejos camaradas a los que hacemos referencia son Jeremy Earl, líder de los fantásticos Woods y Glenn Donaldson, capitán de formaciones como The Skygreen Leopards y Reds, Pinks and Purples. El disco resultante de la unión artística de ambos, lleva por título "Heaven and Holy".
Aunque en realidad estos temas nacen hace tres años, no ha sido hasta la llegada de la pandemia, que ambos autores pulen y terminan de perfilar el disco, para entregarlo al inicio de esta primavera que está a punto de capitular, tal y como ahora lo podemos escuchar.
El resultado es un disco que conjuga los estilos musicales que manejan ambos artistas: un trabajo donde las melodías se tienden sobre un manto sónico donde el pop se conjuga con el folk, la electricidad ronronea y eventualmente se exalta en suciedades guitarreras, la psicodelia se asoma por momentos en texturas cítricas y las voces subrayan contornos diáfanos y sedativos.
Entiende este escriba que el plato de la balanza estilística de Painted Shrines cae más del lado de Earl que del de Donaldson, como entiendo que se puede apreciar en uno de los temas que dieron a conocer hace un tiempo para presentar el disco, la incuestionable "Gone".
Similar diagnóstico podemos hacer sobre temas como "Saturates the eye", "Painted Shrines" o "Not so bad", todas ellas buenas muestras de un pop alternativo de calidad, perfectamente identificable con la idiosincrasia de ambos artistas, especialmente con el comandante de Woods.
Más analogías a un folk evanescente y volátil encontramos en "Moon will rise" o "Fool", mientras "Heaven and Holy" encierra una mayor carga de crudeza eléctrica.
Abusan en mi opinión de piezas instrumentales (hasta cinco), de las cuales me quedo con la briosa y encendida "Panoramic", quedando el resto en simples episodios que no contribuyen precisamente a mejorar el resultado final.
En cualquier caso «Heaven and Holy» es un trabajo con aciertos evidentes y momentos brillantes, un trabajo de fino y suntuoso pop-folk alternativo que no defraudará a los seguidores de bandas como las que comandan los insignes Earl y Donaldson.
Reseña publicada el pasado 18 de junio en el Exile SH Magazine.
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