Hacía tiempo que no se hablaba de libros en esta santa casa, va siendo hora de que vuelvan las buenas y sanas costumbres.
Hace un par de años descubrí al escritor catalán Toni Hill. Con él sucedió algo que nunca antes había ocurrido, ni después se ha repetido: leer toda su obra en tan solo unas semanas, prácticamente del tirón y sin solución de continuidad. En poco tiempo me quedé sin novelas de Hill a las que hincarle el diente.
Por eso me alegré cuando hace unos meses me enteré gracias a las redes sociales de que publicaba una nueva novela en los primeros latidos de 2021.
"El oscuro adiós de Teresa Lanza" es el título de esta obra que según se anunciaba se trataba de un cambio de dirección con respecto a lo anteriormente publicado por Hill, me hice con ella en cuanto vio la luz y la leí sin hacerla pasar por la lista de espera.
El giro es prudente, no se trata de una ruptura ni mucho menos. Utiliza una narrativa menos corrosiva, más sugerente y sutil, pero se reconoce perfectamente al autor. La temática tampoco supone un volantazo abrupto en su histórico argumental. Cierto que aquí no hay un inspector Salgado, y que la temática policiaca es secundaria. Llega porque tiene que llegar, pero pasa de refilón y no se posiciona en el centro del escenario.
En "El oscuro adiós de Teresa Lanza" las protagonistas son ellas: mujeres de hoy, guapas, pijas, triunfadoras. Enredadas sin quererlo en el controvertido suicidio de una joven hondureña que trabajaba limpiando en sus casas, enfrascadas en la búsqueda del hijo desaparecido, adoptado y díscolo de una de ellas. En la vuelta a casa del hijo de otra: un joven que tras sufrir una fatal pérdida sentimental, se pasa un año viajando por los lugares que vieron nacer y crecer a su amada desaparecida, sin apenas contacto con sus padres. Mujeres que trabajan, engañan a sus parejas, son engañadas, sufren por el pasado, tienen ambiciones, cuentas pendientes, adicciones, miedos, prejuicios...
Una vez más Toni Hill consigue que el lector no pueda apartar la vista de su historia, que en el entramado de personajes se distinga la presencia de la incertidumbre y que la inquietud emane de su prosa para extender sus garras y atrapar al lector. Pero además hay una perspicaz pero evidente crítica a muchas mañas de la sociedad, de la burguesa y (no nos engañemos) de la no tan acomodada.
Se actualiza la ficción del fantasma que todo lo ve, que sufre una situación tensa y dolorosa, decide y actúa desde el otro lado, influyendo en el mundo de los vivos, sufre por ellos, o más bien sufre por sí mismo. Hay suspense, como decía más arriba, pero no es una novela negra, hay policías y corruptos y drogas y chantajes y amenazas y situaciones violentas... pero insisto, no es una novela policíaca.
Hill sigue emparentado con la tradición narrativa de otros barceloneses ilustres, su visión del paisaje (en esta ocasión Barcelona no es el escenario de la acción) está emparentada con Montalván, Mendoza o González Ledesma, lo que es una buena noticia, pero lo cierto es que este autor se ha creado un código narrativo propio, reconocible y sumamente atractivo, cada vez me recuerda menos a otros autores pretéritos y más a Toni Hill, y eso queda de manifiesto y promete avances en este y otros sentidos en esta novela, que vuelve a colocar a su autor como uno de los más interesantes dentro de un género definido que el moldea a su gusto en la actual parrilla literaria patria.
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Hace un año que Teresa Lanza saltó por la ventana, muchas cosas han pasado en las vidas de las cinco mujeres que hoy se juntan para cenar, tomar unas copas y hablar de lo divino y de lo humano. Sus maridos son piezas secundarias en sus vidas, lo importante lo llevan dentro, en el tuétano de sus ser, de sus pensamientos y sus frustraciones y ambiciones.
Teresa trabajaba en sus casas limpiando, y también amando al hijo de una de ellas. Y es que un trozo del mundo de las mujeres como Teresa se cuela en las vidas de los protagonistas de las clases acomodadas a las que sirven, y en este caso no es una excepción.
De repente el destino les lleva a una situación en la que todo parece converger en la joven suicida: la caída en desgracia de Carol, con su marido corrupto en la cárcel, la ruina y el embargo; la desaparición de Ander, el hijo adoptado de Mireia; la vuelta a los escenarios de Xenia, siempre rodeada de coca y frivolidad; las últimas pesquisas de Olga, la escrupulosa y solitaria forense; Simón, el hijo de Lourdes, enamorado de Teresa a pesar de esta y de viaje desde hace más de un año; Jimmy, el jardinero que es el único con quién Ander parece conectar... todo converge en Teresa Lanza y su oscuro adiós. El resto: en las páginas de la última y magnética novela de Toni Hill.
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