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escucharemos auténtica música del diablo, con esa fusión de punk-rock y Boogie-Woogie de poderosa distorsión y enfática vocalidad... |
Veinte años después de su debut llega el quinto disco de la banda de Melbourne, The Casanovas, "Reptilian overlord". Si bien de la banda original solo quedan el cantante y bajista Damo Campbell y el también cantante y guitarrista Tommy Boyce, el espíritu se mantiene intacto y los alicientes musicales que alumbran al grupo se intensifican para este nuevo trabajo.
La llegada de Mark Opitz, productor de algunos célebres álbumes de sus paisanos y faro musical que la banda otea en lontananza, AC/DC,
propicia el acercamiento estilístico y sensorial óptimo para fabricar
el sonido poderoso y flemático de "Reptilian overlord", que
indiscutiblemente recuerda a la mítica banda del cañón, sin rendir
excesiva pleitesía a la denominación de origen sónica de los creadores
de "Back in Black".
Por
lo tanto en este nuevo catálogo escucharemos auténtica música del
diablo, con esa fusión de punk-rock y Boogie-Woogie de poderosa
distorsión y enfática vocalidad que caracteriza a la banda y que
electrifica las neuronas de los más adictos a la corriente alterna/corriente continua propia de los acelerones guitarreros.
Sin
concesiones a la blandura melódica ni a los terciopelos sonoros, el
disco es un muestrario de riffs, solos, estribillos y secuencias
eléctricas donde las distorsiones empujan unas melodías urgentes y
excitantes a la búsqueda incansable de un mantra sónico que nos lleva al
corazón de un rock azuferino y de alto contenido decibélico, un
servidor piensa que los más proclives a estas estampas sónicas
disfrutarán de lo lindo con "Reptile overlord".
Diez
trallazos sonoros que se agarran a un concepto estilístico y no lo
sueltan en todo el metraje del trabajo, y que se definen perfectamente
con el tema que abre las hostilidades y sirve de presentación del
elepé, "Hollywood riot".
Pero el disco no afloja y se despacha agusto con infecciosas e incendiarias coplas como la estupenda y frenética "Outlaw", la obvia pero rotunda "Cold day in hell", la metálica "Lost and lonely dreams" o la juvenil y pegadiza "Stand back".
AC/DC se infiltran como bucaneros en las costuras de "St. Kilda is fucked"... pero además retumban las ecuaciones rockeras y eléctricas de "Mid-life crisis", "Red hot" o "Bulletproof", todas ellas con enorme pegada y titánica actitud rockera.
Queda
para el final el magnífico tema que bautiza al disco, una hard rockera
pieza de casi seis minutos que aúna acero sónico, una histriónica
interpretación vocal y exhibición instrumental, un festín de noise music
al más puro estilo australiano.
Celebro
la llegada del quinto de The Casanovas, algunos echábamos de menos a
los australianos y se agradece su vuelta a la pelea, ojalá podamos
verles en vivo en próximos meses.
Reseña publicada el pasado 26 de septiembre en el Exile SH Magazine.
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