The Fleshtones - Face of the screaming werewolf (2020)

Crítica: The Fleshtones - Face of the screaming werewolf

...preparen músculos y articulaciones para retornar a los años más dorados de su juventud...


A estas alturas de la película no creo que a nadie pueda extrañar que una banda como The Fleshtones, que el próximo 2021 cumplirá cuarenta años en la pomada discográfica, publique un disco con las credenciales sónicas y estilísticas que presenta "Face of the screaming werewolf".

Lo que debería sorprender es que en el interior del disco, además del garage rock y el rock and roll, sellos identificativos de la idiosincrasia del grupo, las sensaciones que se recogen sean las mismas que arrasaban plenas de juventud 39 años ha, que el vigor y la energía no cesen ni un ápice y que el espíritu mantenga intacta su actitud juvenil y el propósito de diversión, baile, frenesí y excitación.

Por lo tanto tenemos entre nosotros un nuevo muestrario de eterna juventud, de frescura y desparpajo, de ilusión y entrega delirante al rock and roll y de autenticidad, con el nuevo disco de una banda que goza de la admiración y cariño de todos los que la llevamos años años aclamando y disfrutando de su actitud y pasión. En definitiva, tenemos entre manos una vez más, un nuevo disco de The Fleshtones, y el tiempo sigue detenido cuando suenan sus canciones.



Poco más se puede añadir: los que conocen y admiran a los de Queens ya saben lo que les espera en cuanto gire el disco; los que no: bueno que no sigan perdiendo el tiempo y preparen músculos y articulaciones para retornar a los años más dorados de su juventud, para formar parte del grupo de elegidos que decide congelar el tiempo disolviéndolo en las copas llenas del sonido de las guitarras de The Fleshtones, en sus adictivos estribillos o incluso en las vintage melodías de alguno de sus temas más románticos de esencia hollywoodiense, como la encantadora "Waiting on a girl".

Pero lo que prima es la hiper-acción rockera-garagera de píldoras mega-excitantes e hiper-calóricas como "Spilling blood", "Manpower debut", "You got love, love" o "The show is over".

Temas que hacen referencia al cine de ciencia a ficción de los autocines de los cincuenta y sesenta, al mas puro estilo The Cramps como "Face of the screaming werewolf", la instrumental "Swinging Planet X" o "Violet crumble, Cherry ripe".

Y los consabidos pelotazos garageros marca de la casa como "Alex Trebek", el instrumental que cierra el lote, "Somerset morning" o una curiosidad sublime como es la versión del psicodélico tema de los Stones "Child of the moon", una rareza que fue la cara B del single de 1968 "Jumpin' Jack Flash".



El Cielo puede esperar, y el tiempo que se joda, nada importa demasiado cuando se está disfrutando de un nuevo paquete de canciones de los inconmensurables e infatigables The Fleshtones.

Se recomienda visitar la reseña que sobre este mismo trabajo publicó Juanjo Mestre en el Exile SH Magazine.

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