The Lees of Memory - Moon shot (2020)


 Un tracklist homogéneo, equilibrado y sin grandes sobresaltos estilísticos, aunque con una variedad concentrada en los detalles...

Ya son varias las semanas que lleva sonando el cuarto disco de los hasta hace poco desconocidos para mi The Lees of Memory que lleva por título "Moon shot".

Más exactamente desde que my friend Juanjo Mestre me los presentó, intuyendo que podría gustarme lo que este estupendo trabajo esconde.

Y no se equivocaba, sabedor de que a un servidor le excitan las armonías vocales, las guitarras de suave distorsión, las melodías geométricas que fluctúan y flotan alrededor de una orientación sónica que mira al power-pop y a dosis menores pero presentes de psicodelia y pop noventero del que se engancha a la rueda de Teenage Fanclub, que el que suscribe se deja llevar con facilidad por los efluvios rítmicos vivos y por esa facultad lírica y cristalina en la producción que nos retrotrae a otros tiempos y otras influencias, no era difícil que el señor Mestre diese en la diana.

Y es que con estos datos ya aportados, creo que se podrán hacer una idea clara de lo que se esconde tras la galáctica y fantasiosa portada futurista que recubre el contenido de "Moon shot".

Un tracklist homogéneo, equilibrado y sin grandes sobresaltos estilísticos, aunque con una variedad concentrada en los detalles, que hace que no resulte plano ni repetitivo en ningún momento.

Diez píldoras rellenas de sensibilidad y misticismo futurista de reminiscencias noventeras que comienzan con la incuestionable "Lonely everywhere".


Con las bases sentadas se desarrolla una concatenación de coplas que rotan sobre este mantra sonoro, dejando cada una de ellas una estela sónica gracias a la cual difiere del resto, empezando por otro inapelable tema, "Crocodile tears".

Se acercan a la lisergia con prudentes pero decididos pasos en "Free & easy", con una cualidad más líquida en "Drift into a dream" y más gaseosa en "The summer sun".

Más aceradas e instaladas en el power-pop de fogosas guitarras, nos encontramos con "Live without" y la más ligera y 'escocesa' "The wheel", sin olvidar la oscuridad densa de la inquietante "Wrong", ya fuera del contexto del power-pop más ortodoxo.

La ochentera e industrial sónicamente "Far beyond" que cierra de manera brillante el disco y la que tal vez sea mi instante favorito del catálogo, "No floor no ceiling" completan un cancionero al que difícilmente se le puede poner pero alguno.


Sonidos envolventes y psicodélicos: rugientes y oscuros en ciertos pasajes y radiantes y transparentes en otros momentos, los de Nashville facturan un disco que no empasta para nada con la música por la que es famosa la capital de Tennessee, pero que sorprenderá a muchos, en especial a los más afines a los sonidos y texturas apuntadas más arriba. Muy recomendable.

Se recomienda visitar la reseña que sobre este mismo trabajo publicó Juanjo Mestre en el Exile SH Magazine.

Comentarios