Waxahatchee - Saint cloud (2020)


 Prima la exposición de los sentimientos y la emoción, la ternura y el sosiego, expresados de forma firme aunque delicada y esbelta...

A pesar de estar en parte advertido tras leer la reseña de Juanjo Mestre en el Exile SH Magazine a propósito del nuevo álbum de la norteamericana Waxahatchee titulado "Saint cloud"; no he podido evitar la sorpresa cuando he sido yo el que se ha enfrentado en primera persona a la escucha de este.

Sorpresa que ha venido motivada por el sonido que se expande en este disco y que ciertamente no tiene nada que ver con pretéritas intentonas discográficas, pues desaparecen distorsiones y sonidos de carácter rockero-alternativo que primaron en el pasado, y también las esencias acústicas que fueron protagonistas de su último lanzamiento: un EP titulado "Great thunder" (2018).

Para este catálogo, las melodías compuestas por esta artista de Alabama se disuelven en sonidos mucho más amables, pero sin renunciar a la electricidad.

Buscan la luz dando la espala a su propia sombra, y también se inclinan de manera muy sutil y solo ocasionalmente, por un tenue jugueteo con el country y el folk, pero también, por qué no decirlo, con un pop carnoso y de calidad.


Prima la exposición de los sentimientos y la emoción, la ternura y el sosiego, expresados de forma firme aunque delicada y esbelta gracias a la simbiosis resultante de la hermosa voz de la autora y el fino y acariciador manto sónico que se recubren unas perfectas y encantadoras composiciones.

Me alegra además comprobar que Katie Crutchfield (auténtico nombre de Waxahatchee), no se conforma con un modus operandi artístico fijo que pueda encadenar disco tras disco, y que por contra, se exponga al riesgo que siempre implica dar giros estilísticos y retar a un público que siempre puede desertar aludiendo a una supuesta búsqueda de la comercialidad.

No nos engañemos, "Saint cloud" tiene unas texturas en cuanto al sonido que hacen de él un producto más accesible a un público mayor que anteriores discos, pero la calidad del trabajo y la redondez de las canciones aquí presentadas ganan la partida a cualquier requiebro especulativo, y a poco que el oyente se deje llevar, terminará cediendo ante el encanto de este notable álbum.

Aunque estamos ante uno de esos extraños casos de disco equilibrado y sin rellenos, querría destacar alguno de los temas que considero más afortunados, o que a mi me seducen más.

"Fire" es un tema dulce y reflexivo, que es difícil que no encandile, fue la presentación del trabajo hace algunos meses.




Otros singles fueron "Can't do much" que simboliza la actitud songwriter de la protagonista y "Lilacs" que tiene un pegadizo estribillo que la hacen nítida y de fácil digestión.

También destacaría temas como "Hell", un encendido folk-rock que es de lo más destacado; también es muy disfrutable la muy americana tonada titulada "Witches" o la extraordinaria "War", más emparentada con esencias pasadas.

Y por supuesto mi favorita del lote, la bonita balada de tono acústico y crepuscular "The eye".

Me gusta lo nuevo de Waxahatchee, a pesar de no ser lo esperado (al menos por mi). Pero lo cierto es que me hace sentirme en paz, sonreír sin tener por qué y al final me tienta a repetir, y eso siempre es algo (muy) bueno.

Se recomienda visitar la reseña sobre este mismo trabajo publicada por Juanjo Mestre para el Exile SH Magazine pinchando AQUÍ.

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