...consiguen, tal vez gracias a algún tipo de sortilegio, conservar el espíritu juvenil que les hizo estallar con aquél inolvidable "Popular"... |
Como quién no quiere la cosa, en los primeros pasos de 2020 aparecía el noveno disco de la banda neoyorquina Nada Surf, que lleva por título "Never not together".
Decía que como quién no quiere la cosa, porque parece que el tiempo no afecta a sus composiciones ni al espíritu que emana de su música, y son ya casi veinticinco años componiendo, grabando e interpretando canciones y más aún desde la creación del grupo en 1992.
Continua en el timón, componiendo y cantando, Mathew Cows y le acompaña su fiel escudero Daniel Lorca al bajo, ambos miembros fundadores de la banda, aunque arrejuntados desde 1995 con el baterista Ira Elliot, más la adición desde hace varios años de Doug Gillard (Guided by Voices) a las guitarras.
Si bien es cierto que acusa su música cierta madurez, prerrogativa de su edad y consecuencia de la experiencia, consiguen, tal vez gracias a algún tipo de sortilegio, conservar el espíritu juvenil que les hizo estallar con aquél inolvidable "Popular" en 1996.
Esa naturalidad y frescura, que convive a la perfección con el poso de estatismo que dejan los años al ir auto-destruyéndose, es la nigromancia que parecen atesorar y que saben dosificar mejor que nadie y que hace que sus discos sigan resultando atrayentes y que muchos sigamos sintiéndonos genial escuchándolos.
No es menos cierto que los últimos trabajos carecían del equilibrio y regularidad deseables, destacando (eso si) en todos ellos un ramillete de canciones realmente brillantes, pero quedando algunos temas en un plano ciertamente inferior que hacía cojear al disco.
Desgraciadamente esto también ocurre en "Never not together". Y eso que los adelantos presagiaban un gran elepé, pues tanto el primero de ellos, "Something I should do", de radiantes guitarras y chispeante base rítmica, además de la fluidez melódica habitual; como la preciosa y bucólica "Looking for you" y la deslumbrante y eufórica "So much love", que estalla repartiendo amor y felicidad, como si de una bomba de endorfinas se tratase, son auténticos temazos marca de la casa que como digo, incitaban a un comprensible optimismo.
También merecen ser tenidos en cuenta otros instantes del disco, como la elegante "Come get me", la melancólica "Live, learn and forget" o la vibrante "Ride in the unknow" de incisivas y flotantes guitarras.
Disfrutable, como siempre, este último disco de Nada Surf, sin grandes novedades, no son de esos, pero con dosis energizantes de lo que ellos saben hacer mejor que nadie: pop, powerpop, pop-rok o como quieran llamarlo, de cualquier forma es, a pesar de todo, uno de los discos que más me está haciendo disfrutar este 2020.
Se recomienda visitar la reseña sobre este mismo trabajo publicada por Juanjo Mestre para el Exile SH Magazine pinchando AQUÍ.
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