No deja de tener su riesgo publicar un álbum como "Disco fantasma", muy evidente en cuanto al plano temporal, con reminiscencias de una época tantas veces denostada... |
No negaré que me ha sorprendido el nuevo disco de los sevillanos All La Glory titulado "Disco fantasma". La sorpresa no solo viene justificada por su paso a la lengua de Cervantes para este tercer intento en larga duración, realmente eso ya lo sabía hacía meses, y además lo celebro: los que me conocen saben que defiendo que se utilice el castellano, y no la lengua de Scott, para hacer música por estos lares.
Realmente me ha sorprendido el sonido, el planteamiento temporal tan arraigado en los ochenta. Muchos dirán, -y dirán bien-, que en su precedente de hace tres años ya encontrábamos estos ecos ochenteros, pero entiendo que aquellas coordenadas se amplifican aquí: sintetizadores dominando el conjunto, producción vaporosa y tenue en cuanto a atmósferas, percusión, detalles, arreglos, la vocalidad de Pilar G. Angulo, coros tras una cortina electrónica, guitarras que se pliegan a los dictados de teclas y voces, sutiles ínfulas new wave y post-punk con oscuridades lacerantes al estilo The Cure... lo dicho, una sorpresa.
Tampoco diré que el desconcierto inicial fue positivo, no lo fue. No había prestado demasiada atención a los temas que hacían de avanzadilla, la verdad.. Pero debo decir que había algo que me interesó desde el principio, no supuso una decepción real aquella primera escucha, pues sabía que iba a repetir con el disco, cosa que he venido haciendo en días sucesivos cada vez con más interés y entusiasmo.
Así que decidí olvidar tiempos y sonidos pasados y me centré en "Disco fantasma" como si fuese mi primera experiencia con Juano Azagra y compañía.
Y poco a poco fui asimilando esos sonidos, ese algodón en las voces, esas guitarras que parecen estar emboscadas, esas teclas que tras cada pase sonaban mejor -gran trabajo de Tero Heikkinen- y unos textos orgánicos y sugerentes que poco a poco fui descubriendo.
Así que una vez montados en la nave del tiempo, (los que vivimos aquella época de sintetizadores y nuevas olas nos sentimos transportados de inmediato), nos disponemos a entrar en la atmósfera de oscuridad nebulosa y neones que rebotan contra la bola de espejo del techo, y una vez desembarcados nos hace los honores "La noche silenciosa", primer single que sirvió de adelanto hace varios meses y que es una declaración sónica de intenciones, además de contar con un estribillo que se pega a las meninges sin remisión.
Por los mismos parámetros en cuanto a adherencia de estribillos y frenesí de sintetizadores se presenta "Roma", otro pelotazo inmediato.
Sigue "Atacama" con unas febriles guitarras, base rítmica machacona y enigmático texto, completando los tres adelantos que hasta ahora han dado la cara por el elepé.
Tal vez "Mañana nunca llega" sea el tema más techno, más electrónico y "Tiempo record" el que mayor vocación de estadio tiene, gracias a unas guitarras heroicas y un muro de sonido a base de teclas.
Cierto tono funk (me recuerda al Casal de "Etiqueta negra" y "Hielo rojo") en "Magia negra", donde Juano Azagra toma el relevo como vocalista a Pilar.
Siguen "Hoy igual que ayer" y la excitante y epiléptica "Señales", otro de mis momentos favoritos del catálogo, para terminar con las guitarras opacas y la intensidad creciente de "Baile en la oscuridad".
No deja de tener su riesgo publicar un álbum como "Disco fantasma", muy evidente en cuanto al plano temporal, con reminiscencias de una época tantas veces denostada y ahora poco a poco recuperada y resarcida, pero All La Glory consiguen redondear un trabajo excelente, atmosférico y con la ambigüedad poética requerida, amén de contar con momentos de gran pegada. No se pierdan el viaje.
Comentarios
Publicar un comentario