...un disco más de los Ryders: suena y sabe a ellos, y tiene buenas canciones, guitarras entusiastas y consistentes, estribillos radiantes y estupendas melodías... |
Una de las bandas más representativas del llamado nuevo rock americano aquella luminaria que alumbró en los albores de la década de los ochenta fue The Long Ryders. Si tuviésemos que hermanar a los creadores de "Native sons" con algún referente del pasado, bien podríamos hablar de entronques sónicos y estilísticos con Buffalo Springfield o Gram Parsons, por no rebuscar demasiado.
Como ocurrió hace un par de ejercicios con The Dream Syndicate, otro destacado miembro de aquél movimiento también conocido como Paisley Underground, los Ryders llevaban sin publicar nada desde la década en la que triunfaron y dejaron poso para la posteridad; y como los de Steve Wynn, los angelinos también han regresado con nuevo disco, así que ya de primeras, hay motivos para la celebración.
Y la celebración se hace efectiva cuando el disco empieza a girar y en breve se descubre que poco han cambiado las cosas en treinta años. No entraré en comparaciones con pretéritas joyas grabadas por el grupo, todos las conocemos y amamos, y en estos casos: o el resultado de lo nuevo no se sostiene, o se lo mira un poco de reojo, con la reserva a modo de autodefensa que hace que los viejos tiempos sigan siendo además de buenos, los mejores.
"Psychedelic country soul" es un disco más de los Ryders: suena y sabe a ellos, y tiene buenas canciones, guitarras entusiastas y consistentes, estribillos radiantes y estupendas melodías, ¿qué más se puede pedir?.
Para este retorno vuelven con la formación al completo (no muchos lo pueden decir), es decir: Sid Griffin, Stephen McCarthy, Greg Sowders y Tom Stevens y con la producción de Ed Stasium con el que componen la excelente "The sound".
También hay colaboración de las Bangles: Debbie y Vicky Peterson en la versión/homenaje a Tom Petty, "Walls" y en la copla compuesta por Tom Stevens de aroma country (incluido fiddle) "Let it fly".
El resto del tracklist está compuesto por una decena de canciones de nuevo cuño y viejas remembranzas que no defraudarán a todos aquellos que vibren con estos sonidos enraizados: aullidos clásicos en la composición de McCarthy que abre el disco titulada "Greenville", quien también escribe otros meritorios temas como "Gonna make it real", la crepuscular "California state line", o junto a Griffin la pieza que da título al álbum y que finiquita el disco.
La aportación del mítico vocalista de la banda contempla además la estupenda y favorita personal "Molly somebody", el bonito country-folk "If you want to see me cry" y en comandita con el bajista Tom Stevens las rockeras "All aboard" y "What the eagle sees", precisamente Stevens compone en solitario la bonita balada acústica "Bells of august".
Se recomienda visitar la reseña sobre este mismo trabajo publicada por Juanjo Mestre en el Exile SH Magazine pinchando AQUÍ.
Me gusto como todo londe ellos. Creo q sigue sus pautas sin desviarse notabl3 alto
ResponderEliminarCoincidimos Bernardo. Ojalá todos los retornos fuesen como éste o el de los Syndicate.
EliminarSaludos.
Según he leído por ahí (fuente fidedigna) al amigo Griffin no le van demasiado bien las cosas con su actual Coal Porters, así que decidió sacar de nuevo a pasear a sus viejos amigos de Long Ryders. Éxito asegurado, esperemos, además, mejor para los muchos admiradores de la banda, no paro de leer buenas críticas del disco, ya lo tengo apuntado para pedirlo.
ResponderEliminarAbrazos,
JdG
No tengo noticias a ese respecto, la verdad. Desde luego sali con los Ryders asegura un éxito en giras y me imagino que en ventas de discos y más si el disco es un muy buen disco como este.
EliminarUn abrazo.