Aunque el 2019 ha llegado y ya ha dejado sus primeros discos, yo sigo con trabajos pendientes de 2018, y aún no me he metido con nada de lo que ha sido publicado en este nuevo curso, a pesar de los buenos augurios que despierta algún trabajo, a tenor de lo oído y leído.
Uno de los discos pendientes, por aparecer al final del pasado año, es el nuevo elepé del siempre estupendo, aunque también desapercibido e incluso infravalorado, Robben Ford.
Su último cancionero se titula "Purple house" y es nuevamente un excelente trabajo en el que Ford demuestra no solo que es uno de los guitarristas más dotado de su generación, sino que además es un estupendo compositor, un cantante que ha ido creciendo a lo largo de sus más de 45 años de carrera, y en el presente álbum además, un muy buen letrista.
Ya hace tiempo que los discos de Robben Ford son algo más que una colección de temas diseñados para que el californiano se luzca como el excelente guitarrista que es, y este "Purple house" es buena prueba de ello. Una vez más nos encontramos ante un trabajo ecléctico, donde al blues, que es el estilo de marca del autor, le acompañan esencias rock, rhythm & blues, soul, funk e incluso jazz o gospel.
Entre el funky y el soul, con aderezos ácidos en coros y vientos, da comienzo el disco con "Tangle with Ya", un tema explosivo y que engancha, para abrir boca.
Sonidos californianos en la rítmica "Bound for glory" y su febril carencia sónica rubricada con el inefable y perfecto solo de guitarra.
En la campestre y fronteriza "Break in the chain" se hace acompañar por Shemekia Copeland que aporta el matiz soulero.
La bonita y no menos californiana "Wild honey" que está perfectamente cantada nos deja en manos del funk y los vientos catadióptricos de "Cotton Candy".
Aunque mi momento favorito es el que tiene como protagonista al blues y al rock, con participación del vocalista Travis McCready, Ford vuelve a insistir con un tema que no es la primera vez que acomete: "Somebody's fool". Y el colofón lo pone la etérea atmósfera de un tema de cierto color añejo y espacial titulado "Willing to wait", con gran solo guitarrero.
Merece la pena acercarse a este disco, ecléctico y con cuidada producción, buenas canciones y autenticidad, la calidad que avala a un músico que habita en las ligas menores aunque tal vez merezca algo más como es Robben Ford.
Estupendo disco, voy a volver a el.
ResponderEliminarUn disco muy bueno, en efecto, y como viene siendo habitual en Robben Ford, pasando bastante desapercibido.
EliminarSaludos.
Estuvo a punto de estar entre mis 25 de año, muy buen disco. Pocas, poquísimas, por no decir ninguna, veces ha hecho un disco malo.Le vi hace un montón de años en BCN , en una sala pequeña sala y fue impresionante.
ResponderEliminarSalud socio
Yo no lo he escuchado hasta última hora, ya en navidades y con la lista publicada, pero es un disco que merece una consideración.
EliminarNunca le he visto en vivo y me gustaría mucho la verdad.
Abrazos.
Un completo descubrimiento. Dentro del buen (y variado) tono del disco, mis preferidas son "Tangle With Ya" y "Wild Honey".
ResponderEliminarGracias.
Es un disco muy variado y ecléctico, no hay tema malo y si buenas canciones como las que citas. Yo me quedo con la sección más rockera.
EliminarAbrazos.