No ha sido hasta que el 2018 daba sus últimas coletadas, que he decidido introducirme en el universo sónico de los granadinos Lagartija Nick. No será porqué no haya recibido a lo largo de los últimos veintipico años referencias favorables a propósito de la banda de Antonio Arias. Pero lo cierto es que se sucedían discos, episodios y leyendas protagonizadas por la banda y yo me mantenía a una distancia que imposibilitaba que el influjo de Lagartija Nick hiciera mella en mí. Tal vez establecidos mis intereses en otros lares, y que el eco que me llegaba, lejano y poco definido, a propósito de las tendencias de los de Granada, no terminaban de llamarme a iniciar el éxodo hacia su república musical y lírica.
Finalmente, y ante las inmejorables menciones que me llegaron sobre su último trabajo, de título: "Crimen, sabotaje y creación", me decidí a colocar mis intereses más desinteresados en mano del cancionero citado para comprobar cuál era el efecto que producía en un servidor.
Timorato me siento hoy ante el teclado para referir a todos ustedes lo ocurrido durante estas últimas semanas conviviendo (creo que lo que se hace con este ramillete de canciones es convivir) con "Crimen, sabotaje y creación".
Digo lo de timorato porque parto del desconocimiento de la obra del grupo a modo general, por lo cual es difícil para mí referirme a este disco dentro de la obra de la banda. Por todo ello debo omitir referencias y coordenadas a propósito de la importancia que puede alcanzar el elepé dentro del universo Lagartija Nick, y me circunscribiré a este álbum como si no hubiese nada más, (para mi en realidad no lo hay).
Hacía mucho tiempo que no me sentía tan herido, de muerte y de vida, por un disco, por unas canciones que no se apartan de mis entrañas, que persisten en vivir en mis oídos y que hacen las veces de despertador en la mañana, instándome a desayunarme con ellas, lo dicho: a convivir con ellas.
"Crimen, sabotaje y creación" me desarma, no me permite centrarme y mostrarme como ese cabeza cuadrada que sé que soy, y diseccionar sus partes por separado, observar la cronología y mantener una distancia que me permita no despotricar arrastrado por la emoción, ni mostrarme tendido en una playa desierta tras el ocaso de mi barcaza, desmanteladas sus velas tras la tormenta que desencadenaron las doce canciones de "Crimen, sabotaje y creación", Y aquí me encuentro ahora, mecido por las tonificantes cuerdas de un adagio nostálgico y al tiempo esperanzado que hace del recuerdo una exposición de belleza y calma, y aunque soy un Robinson recién llegado a una isla desierta, creo que las aventuras y convivencias no han hecho más que empezar.
Siempre me gusto mucho Inercia .. un disco un poco incomprendido en su momento creo. Nunca es tarde para ponerse con ellos. Saludos,
ResponderEliminarPues mi intención es continuar con la trilogía de sus inicios, así que ya hablaremos, ciertamente nunca es tarde.
EliminarSaludos.
Excelente entrada Addi, apasionada, vertebrada, como si te hubiera salido de lo hondo. Yo también soy neófito con los granadinos, y también me he estrenado con esta su última obra. Sin parangón, sin posibilidad de comparación posible con ninguna otra obra, quizás con El Niño de Elche en alguno de sus retales de la "Antología del Cante Flamenco Heterodoxo". Añadiría que más que obras concretas son tratados de vida, tú lo llegas a comentar de otra manera.
ResponderEliminarEnhorabuena otra vez.
Abrazos,
JdG
Muchas gracias Javier. Es uno de esos discos que te llegan de manera un tanto especial, no sabes porqué pero los vives visceralmente, no he parado a pensar demasiado lo que escribía la verdad.
EliminarSeguiré indagando con este grupo.
Abrazos.
Me alegra mucho que coincidamos también en la valoración de esta obra maestra del rock hispano. Abrazos.
ResponderEliminarEs mi primer disco de Lagartija y no será el último, si consigo escuchar algo más que "Crimen, sabotaje y creación".
EliminarAbrazos.