Richad Thompson - "13 Rivers" (2018)


Estos días que se habla tanto del rendimiento que ciertos artistas dan, a pesar de su edad, nos viene al pelo un disco como el que hoy traemos aquí, que no es otro que el último trabajo de Richard Thompson. Un artista de esos que parece haber preferido recorrer el camino por el lado menos visible, orillado en los lindes de la senda susurrando su canción, en lugar de por el centro del sendero, a la vista de todos.
Así que no vamos a referirnos a la edad de Richard Thompson, es más que palmario que los guarismos que marca su documento de identidad no interfieren, ni en este caso ni en ningún otro, con lo que resulta de sus discos.
Por ello, nos referiremos a "13 Rivers", que es como se titula este último trabajo del británico, como si de cualquier otro disco de los que nos ha regalado se tratase, pues ciertamente la diferencia apenas es apenas perceptible.
Richard Thompson tiene muy claro cual es su papel en la historia de la música, por eso este disco ha podido ver la luz hoy como podía haberla visto dos décadas atrás. Cómodo en el rol de viejo trovador que pasa desapercibido entre la maraña de estrellas fugaces, de egregio guitarrista que se siente feliz en el batallón de los ahora denominados 'perfiles bajos', y consumado compositor de los que crean canciones que respiran, que exhalan, que laten una inquieta vida interior que no obedece a coordenadas espacio-temporales impuestas por nada ni nadie, este artista es un ejemplo de dignidad y magisterio; de grandeza y discreción, como si sus discos fuesen la presa que el melómano tiene que buscar y dar caza, y no al revés, como suele ser habitual.


No renuncia a sus principios musicales, y arrancando desde su innato folk británico, empapa sus composiciones de rock, para lo cual se ha rodeado de una banda de esencia rockera que le ha ayudado a cumplir su cometido y que está formada por Bobby Eichorn que le secunda con las guitarras, Taras Prodaniuk al bajo y Michael Jerome a la batería.
Trece ríos, trece canciones que desembocan en el mar del universo sonoro convencional pero abarrotado de buenas canciones que nos oferta Richard Thompson. Oferta que no se puede negociar cuando de la escucha de temas como "The storm won't come" se trata, y que desde el inicio ya marca la linea de excelencia que el trabajo va a mantener.
Textos incisivos que atacan a la charlatanería religiosa (y porqué no, política) en "The rattle within".
Un abanico de canciones en las que nos encontramos medios tiempos sosegados con aderezo de teclas como "Her love was meant for me", chispeantes coplas de folk-rock como "Bones of gilead", encendidas soflamas de apasionamiento blues como "The dog in you", resultonas tonadas con efervescente estribillo como "Trying"...
Sin olvidar gemas melódicas de absoluta excepción como la magnífica "Do all these tears belong to you", piezas de acento ochentero como "You can't reach me", el salmo de folk británico "O Cinderella" o la excelente "No matter".
Como siempre, Richard Thompson viene sin hacer ruido, desperdigando tras de sí, cual Pulgarcito, cancioncitas aparentemente inofensivas cuyo rastro van siguiendo los menos dados a claudicar a la ceguera producida por las luces de neón que hacen brillar otros nombres y apellidos.
"13 Rivers" es un nuevo muestrario de excelentes canciones adornadas por una personal y profunda voz y una guitarra primorosa. Para no perdérselo.

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