El viernes pasado se cumplieron treinta y cinco años de la muerte de John Ford. Según muchos, entre los que me incluyo, el realizador más grande de la historia del cine. Nos dejó innumerables obras maestras, alguna ya ha encabezado el blog alguna semana, pero vamos a repetir con otra de sus obras magnas a modo de homenaje.
La verdad es que hay donde elegir, pero me he quedado con una que no es western, es un drama social y político como pocos se han filmado jamás, me refiero a "Las uvas de la ira".
Basada en la novela de John Steinbeck publicada sólo un año antes, nos cuenta la historia de la familia Joad y las penalidades que sufre tras ser expulsada de sus tierras durante la gran depresión y buscar la tierra prometida en California.
Una travesía que arrastró a muchos desheredados hacia la esperanza que representaba la soleada California, la dignidad y el honor se dibuja en los rostros arrasados por el dolor de todos aquellos hombres y mujeres que luchaban por dejar atrás la pobreza y conseguir un futuro para sus hijos.
Justo en el momento de iniciar la marcha aparece Tom Joad, un magistral Henry Fonda, el hijo que regresa tras una condena en prisión para encontrarse a su familia arruinada. Él será el encargado de conducir a los suyos hacia el oeste, intentará mantener a la familia unida y con la luz de la esperanza encendida y al tiempo comenzará una lucha por la dignidad y los derechos de los trabajadores.
Impresionante fotografía de uno de los más importantes y determinantes especialistas que han existido: Gregg Toland, y la dirección a cargo de Ford es simple y llanamente perfecta, sublime en todos los conceptos analizables, repleta de planos eternos y con un ritmo prodigioso, el maestro elige además una concepción de la historia un tanto más optimista que en la novela, también magistral, de Steinbeck. Una obra maestra total.
¡Feliz semana!
Pena que omitiese el brutal y soberbio final de la novela de Steinbeck, pero, sí, una de las quince o veinte obras maestras de John Ford.
ResponderEliminarAbrazos.
El final de la novela es brutal, imagino que aspectos comerciales obligaron a ese cambio.
EliminarAbrazos
Tanto la novela de Steinbeck como la película de Ford son obras maestras incuestionables. Siempre recuerdo la última frase (o una de las últimas..., ha pasado ya tanto tiempo sin verla...) de la película, algo así como "no podrán con nosotros porque somos la GENTE, y la gente siempre existe".
ResponderEliminarBueno, pues eso.
Abrazos,
JdG
No recuerdo si literalmente, pero en esencia la frase es ésa, somos la gente.
EliminarObras maestras siempre recuperables.
Un abrazo.
La volví a ver hará 15 días, la pasaron por Barcelona TV, opino igual que Javier, obras maestras y no obstante las cosas ahora a principios del siglo 21 son muy parecidas a principios del 20, cambia a los "okies" por los refugiados o inmigrantes y ahi lo tienes.
ResponderEliminarSalud amigo
Indiscutiblemente Mariano. Siempre ganan los mismos y pierden los mismos, cambial el paisaje y la decoración, pero la misma historia.
EliminarAbrazos.
Casualmente la vi hace un par de meses. Tenía un vago recuerdo, ya que la vi por primera vez hace mucho. Me volvió a encantar. Incluso vi los extras, en los cuales venía una especie de programilla corto acerca de la película... en ese programilla explicaba que aún siendo un film claramente de izquierdas, entre los mecenas figuraban importantes personajes de la derecha, los cuales al ver la fuerza de la historia y la peli, dejaban de lado la política...
ResponderEliminarSaludos
No conocía ese dato, desde luego se me antoja que algo así sería imposible en este país donde la fuerza artística o cultural de una propuesta es lo de menos para los políticos, sólo preocupados por sus votos.
EliminarGracias y un saludo.