Algunas de las fuentes a las que un servidor acostumbra a peregrinar en busca del elixir de la sabia nueva musiquera coincidían hace algunas semanas en destacar el primer disco de un jovencito -veintitrés años- británico llamado Isaac Gracie.
Inmediatamente indagué a propósito de la obra de este mozalbete, a sabiendas de las no pocas alegrías que han deparado en el pasado mis visitas a estas mecas de la arqueología musical, y descubrí que nuevamente caminaba por la senda correcta.
El tal Isaac Gracie no es totalmente nuevo en el mundillo, pues el pasado año, aunque a mi me pasase inadvertido, ya llamó poderosamente la atención de la prensa especializada de su país gracias a un EP titulado "The death of you & I".
La milimétrica geometría de bellos contornos que caracteriza a sus construcciones melódicas, la elasticidad de su voz, no exenta de volumen, proyección y de un bonito color; así como un entorno estilístico que bordea los perímetros del folk-rock de radiantes guitarras que recuerdan a los Buckley o a Nick Drake entre otros, fueron motivos más que sobrados para las referidas aclamaciones críticas en UK.
Y con el disco largo que nos trae hoy aquí, se cierra el círculo que nos hace presentar a Isaac Gracie como un claro candidato a promesa joven del año y a su debut como uno de los discos importantes al final del curso.
Sirve este trabajo como presentación oficial del artista que lo titula con su nombre y apellido, como una declaración de intenciones. Se incluyen en el tracklist dos temas del EP del año pasado que como hemos dicho hizo saltar la liebre, a saber: "The death of you & I", cruda composición sobre una ruptura con intenso estribillo y la bonita y de cierto tono melancólico: "Silhouettes of you".
En el recorrido del disco, que es en cierto modo un recopilatorio de las coplas que el joven Isaac ha ido grabando en los últimos dos años y pico, se encuentra el single de 2015: "Last words", profunda copla de base acústica de gran belleza y madurez. También incluye este elepé dos singles publicados en 2016: "Reverie", inquietante y atmosférica balada que cierra el disco y "All in my mind", celestial balada que se ha convertido en mi lugar favorito de este disco y también como uno de los predilectos dentro del cómputo global discográfico de este año.
Todas ellas se muestran como hermosas composiciones, pletóricas de madurez y equilibrio, poco corrientes en músicos tan jóvenes, pero Isaac completa el disco con otros cuatro temas que en modo alguno palidecen ante las canciones más veteranas: "Running on empty" es más luminosa que sus compañeras, inquieta y refrescante, "Telescope" que recuerda en parte a los Radiohead de los buenos tiempos, y dos folks íntimos y confortables como: "That was then" y "When you go" (ambas favoritas también).
Apunta alto, y lo celebramos, de momento nos rendimos a la deliciosa escucha de estas once canciones, no le pierdan de vista, se llama Isaac Gracie.
Me acaba de pasar lo mismo, solo que en mi caso, la fuente y vivero musical es tu blog, jejejeje. Yo, después de que me descubrieras a Ron Gallo estoy entregado a tus enseñanzas incondicionalmente. Apuntado queda el señor Gracie. Mil gracias.
ResponderEliminarPues me alegran mucho tus palabras, lo bueno es que entre todos nos vayamos informando de lo que hay por ahí y que merece la pena, pues en cuanto a información cultural accesible, no estamos en un buen sitio, aquí priman otros intereses, fútbol y demás.
EliminarGracias y un saludo.
Discazo enorme.
ResponderEliminarGracias.
La verdad es que si, de lo mejor del año.
EliminarSalud.
Una exquisitez total. Apunta muy alto. Abrazos.
ResponderEliminarDesde luego que si, apunta a uno de los discos del año.
EliminarAbrazos.