Hacía tiempo que no teníamos noticias de Slaid Cleaves. Exactamente cuatro años desde "Still fighting the war". No se puede decir que el bueno de Slaid haya cambiado mucho su posicionamiento ante el mundo y la vida. Sigue sin ver la luz al final del túnel, su visión sigue siendo más pesimista que otra cosa, y continua cantando a las frustraciones del ciudadano medio, a sus decepciones y su rutina.
Pero no es menos cierto que lo hace con un terciopelo más eléctrico que otros songwriters, lo que le da un tono rockero de intensidad justa. Y que sigue colocando cada acento, cada palabra, cada nota y cada inflexión en el lugar justo, allí donde consigue transmitir su sentir y dar relieve a sus sentimientos; allí donde son recogidos sin esfuerzo y con algún respingo de emoción, por los ciudadanos medios de USA, y por ende de otras latitudes.
Lo que encierra este disco proletario, desparramado en días grises y carreteras desiertas; en madrugadas de insomnio y amarguras cotidianas, es una nueva colección de canciones bonitas, susurradas con esa voz de gente corriente de Cleaves, pretendiendo ser un diario de el día a día; huyendo de las grandes epopeyas y sumergiendo el corazón en la pira de la vida silvestre de las gentes.
Debo confesar que no solo me gusta Slaid Cleaves, es que además me cae bien. Es el songwriter que no despelleja sus melodías con el filo oxidado de una acústica desnuda y áspera, él utiliza las enseñanzas countries de Hank Williams, los influjos rockeros del Springsteen setentero, la filosofía paisana de Woody Guthrie, incluso la sofisticación melódica del rock soleado de Petty.
Nos ofrece doce cortes, en los que su modus operandi es el habitual, pero con la emoción acostumbrada, el ambiente cercano y conocido de siempre, y los textos poéticos que le caracterizan.
Además no se aprecian altibajos, y con la luz tenue que invita al relajo y la reflexión, el cancionero se torna digestivo y embaucador.
Me parece un gran disco, el disco de un songwriter y ciudadano de mucho sentimiento y pocas pretensiones.
Destacaremos la rockera que da inicio al disco titulada: "Already gone"; la preciosa balada de melancolía concentrada: "If I had a heart", el amor roto que encierra "To be held", o la preciosa historia de enseñanza a su hijo de "Primer gray", más acorde al songwriter acústico de siempre.
Si gustan de songwriters, de poetas con guitarras, y suspiran con los pellizcos rockeros y las medias voces que cuentan lo que las tripas dictan, seguro que les gustará "Ghost on the radio car", el último disco de Slaid Cleaves.
Un lp que me ha encantado ; es más creo que me va a acompañar todas las vaciones como uno de los imprescindibles
ResponderEliminarYo también lo pincho muhco. En principio no estaba muy seguro de que tubiese fuelle pero tengo claro que si, más que otros más llamativos de primeras.
EliminarSaludos.
Mi songwriters favorito ....este disco me encanta
ResponderEliminarEstupendo, la verdad que si, siempre me ha gustado mucho y lo corrobora con este disco.
EliminarGracias y un saludo.