Una vez más (y van...) debo agradecer la llegada de este disco a mis dominios, a camaradas y amigos blogeros, en concreto a Johnny JJ y a Jesús del Cierzo. La reseña de éste último y que Johnny publicó en su indiscutible Espacio Woody/Jagger (pinchar) fue el detonante para acercarme primero y quedarme atrapado en sus fauces después, a este "America's Velvet Glory" del grupo californiano The Molochs.
Conjunción de estilos, muy enraizados en los sesenta y frescura podrían ser las claves del sonido y estilo de The Molochs.
En este segundo disco, de poco más de media hora, nos pasean por entornos sónicos que abarcan el merseybeat de los primeros arrebatos de la invasión británica, golpes psicodélicos de esencia costa oeste, tendencias garajeras con asomos en la onda Jonathan Richman y sus Modern Lovers o incluso algún guiño Dylaniano y Byrd.
Tal vez su vena beat sea la más contagiosa y efectiva a un primer impacto auditivo, y creo que así lo demuestran las evidentes: "No more cryin' " o "No control", ambas excelentes.
Pero ya había empezado la cacería de sonidos y fluideces melódicas con "Ten thousand" de rápido decir melódico y regocijos en las teclas.
La comentada lisérgia se hace notar en "Chalie's lips" con una base folk y ambiente muy de veraneos amorosos.
Los Modern Lovers se nos presentan en la soleada y viciosa sónicamente: "The one I love", que no adolece de aires beat de los inicios de la contrareforma sónora comenzada en el ecuador de la década.
Tras "Little stars", de un tono más oscuro llegan esencias Byrds con "You and me" que es un cohete, exactamente igual que "You never learn" que suena pacífica y embaucadora con su bonita linea y su dulce teclado.
Mas folks aunque sin perder mordiente, de nuevo con la psicodélia presente: "New York" o la excesiva: "That's the trouble with you".
En un entorno de espiral sónica más garajero y profundo se desarrolla: "Idon't love you", de imponentes guitarras y ambiente stoniano.
The Molochs han supuesto una de las más gratas sorpresas de este primer trimestre del año, un disco que vuela como las rapaces en busca de la presa y encuentra su objetivo de forma demoledora. Difícil no disfrutar de estas canciones que llegan directamente del espíritu de los sesenta.
Ciertamente suena muy sesentero. Me gusta.
ResponderEliminarUn abrazo!
Un muy buen disco, fresco y sesentero. Difícil que no guste la verdad.
EliminarUn abrazo.
Es un buen disco, de esos que reactivan las neuronas. Gracias por la mención, mysuperfriend. Abrazos.
ResponderEliminarSi señor, un buen disco, que suena de maravilla y con cualidades revitalizantes. Gracias a vos.
EliminarAbrazos.