Carta enviada por Jorge Garcia a Addison de Witt el 2 de enero de 2017
Querido Sr. de Witt:
Deseo en primer lugar felicitarle de todo corazón el nuevo año y desearle lo mejor para usted y los suyos.
Me duele enormemente el comprobar que durante el pasado curso no hizo empeño en acercar posturas con tantos amigos, en mi caso, y conocidos (para su desgracia según dicen) en el suyo, que nos son comunes.
Me desagrada y considero injusto escuchar decir de usted cosas como las que entre las celebraciones navideñas de los últimos días, escuche comentar a estas personas a las hago referencia.
Todos ellos le referenciaban como un tipo huraño, tacaño, pedante, insociable y bastante impertinente.
Como usted sabe, mi buen Addison, yo tengo otra opinión de usted, y le aseguro que intenté hacer ver a mis amigos que lo que decían, sin dejar de reconocer que en parte es cierto, no es la auténtica realidad de lo que esconde su corazón. Quise que viesen, como yo hace tiempo que veo, que se trata de una careta que usted se pone como protección. Probablemente por el miedo a volver a ser herido.
Desde luego, y esto me atrevo a decírselo en base a la confianza que creo que hemos acumulado a lo largo de los años, creo que usted mi estimado amigo, se equivoca. Pues la coraza que le aisla de posibles dardos emponzoñados de sentimientos que puedan, cuando la reacción del destino nos es esquiva, causar dolor, también le impermeabiliza a usted de los dones preciados que la vida tiene reservados a los valientes, a los que despojan su corazón y su alma de pesadas armaduras y acceden a vivir las experiencias que el destino desee proveerles, tales como el amor, la aventura, la amistad o la esperanza,
Estoy seguro que cualquiera de estos dones del maná de la vida harían cambiar su semblante, el tono de sus afirmaciones y la sequedad de su carácter. Volvería a ser usted querido por su humanidad y admirado por su sabiduría, como sé que ocurrió en otro tiempo.
Su tacañería es un subterfugio de su intelecto para no acercar a personas que pretendan departir con usted los géneros (no pocos) en los que usted es erudito, de esa manera cree usted alejar posibles traiciones. La pedantería la utiliza para evitar ulteriores visitas de quien sólo pretende beber de una fuente de magisterio como la suya. Evitar al arquero del amor, que viene ataviado con su carcaj, donde la elección de la flecha equivocada puede ser el detonante de un dolor ácido y solemne, es el motivo de esa famosa insociabilidad. Posiblemente el resumen de todas estas malas, y sobre todo equivocadas mañas, dan como resultado su célebre impertinencia.
Como yo le quiero bien, le sugiero que reflexione y en este año que ahora comienza de una oportunidad a la vida y a los hombres, se abra a vivir fuera de su despacho. A comprender que hay algo más que el arte, la música, las letras y las filosóficas noches de alcohol y páginas arrasadas de amargura mezclada con tinta.
Por eso me atrevo a hacerle un regalo que decore el pie de su árbol de navidad (si es que lo ha puesto) le próxima mañana de reyes. Se trata de algunos de mis discos favoritos del pasado año. Muchos han sido conocidos por mi después de leer su recomendación en su pequeño blog.
¡Feliz año nuevo Addi, y que los reyes le sean generosos!
Jorge Garcia.
Carta enviada por Addison de Witt a Jorge Garcia el 6 de enero de 2017
Veo que sigue usted siendo un mequetrefe, un hortera y lo que es peor: un blando. Si realmente espera de mi que haga buenas migas alguna vez con ese atajo de majaderos, iletrados y mediocres con los que tiene el mal gusto de relacionarse, es que usted se ha hecho una idea equivocada de mi.
Bonita teoría Freudiana que se ha sacado usted de la manga con respecto a mi coraza y la realidad de mis sentimientos.
Es preciso que usted sepa que mis instintos básicos los tengo cubiertos en parte gracias a mi intelecto, pues no necesito departir con toda esa chusma de ignorantes con vocación de sabelotodos para sentir cubiertas mis necesidades intelectuales, tengo mis libros y mis propios pensamientos con mi Super Yo. Desde luego el afecto no me es necesario, creo que es un sentimiento poco noble, harto acabé hace años de ver como la amistad antes o después termina vendiendo su virtud a cualquier desaprensivo que aparezca haciendo brillar sus blasones, que no sus conocimientos, dándose por abandonado al amigo fraterno.
Los deseos de la carne me son bien atendidos gracias a la solvencia de mi bolsa. Que si bien es posible que no sea el más delicado de los entornos románticos, ha sido con algunas de las muchachas que han vendido su soledad para compartirla conmigo con quienes he sentido los alientos de humanidad más sincera y los besos exentos de lujuria más tiernos en décadas. Además de atender confesiones mutuas, encabestrillar corazones fracturados y derramar las pocas lágrimas que me he permitido en lustros.
Pero no obstante agradezco sus buenos sentimientos y sus consejos, absolutamente inadecuados y pueriles, pero me consta que bienintencionados.
Confieso que es bonito e incluso emocionante ver sus regalos debajo de mi árbol (que si lo he puesto) esta mañana de reyes, y se lo agradezco de corazón. Aunque no hace más que reafirmarme en mi teoría de que es usted un tonto de tomo y lomo. Pues si como dice, ha sido gracias a mi que ha conocido los mencionados catálogos musicales, es obvio pensar que ya poseo los referidos discos, con lo cual me esta usted regalando unos artículos que ya poseo. Lo dicho, que lamento comprobar que el paso de los años no merma en absoluto su falta de criterio y que sigue usted siendo un tonto a las tres.
Aún así no me resisto a corresponder con un presente su incuestionable bondad. Creo que a un cretino de su talla le gustará.
Que tenga usted un buen año.
Addison de Witt
Querido Sr. de Witt:
Deseo en primer lugar felicitarle de todo corazón el nuevo año y desearle lo mejor para usted y los suyos.
Me duele enormemente el comprobar que durante el pasado curso no hizo empeño en acercar posturas con tantos amigos, en mi caso, y conocidos (para su desgracia según dicen) en el suyo, que nos son comunes.
Me desagrada y considero injusto escuchar decir de usted cosas como las que entre las celebraciones navideñas de los últimos días, escuche comentar a estas personas a las hago referencia.
Todos ellos le referenciaban como un tipo huraño, tacaño, pedante, insociable y bastante impertinente.
Como usted sabe, mi buen Addison, yo tengo otra opinión de usted, y le aseguro que intenté hacer ver a mis amigos que lo que decían, sin dejar de reconocer que en parte es cierto, no es la auténtica realidad de lo que esconde su corazón. Quise que viesen, como yo hace tiempo que veo, que se trata de una careta que usted se pone como protección. Probablemente por el miedo a volver a ser herido.
Desde luego, y esto me atrevo a decírselo en base a la confianza que creo que hemos acumulado a lo largo de los años, creo que usted mi estimado amigo, se equivoca. Pues la coraza que le aisla de posibles dardos emponzoñados de sentimientos que puedan, cuando la reacción del destino nos es esquiva, causar dolor, también le impermeabiliza a usted de los dones preciados que la vida tiene reservados a los valientes, a los que despojan su corazón y su alma de pesadas armaduras y acceden a vivir las experiencias que el destino desee proveerles, tales como el amor, la aventura, la amistad o la esperanza,
Estoy seguro que cualquiera de estos dones del maná de la vida harían cambiar su semblante, el tono de sus afirmaciones y la sequedad de su carácter. Volvería a ser usted querido por su humanidad y admirado por su sabiduría, como sé que ocurrió en otro tiempo.
Su tacañería es un subterfugio de su intelecto para no acercar a personas que pretendan departir con usted los géneros (no pocos) en los que usted es erudito, de esa manera cree usted alejar posibles traiciones. La pedantería la utiliza para evitar ulteriores visitas de quien sólo pretende beber de una fuente de magisterio como la suya. Evitar al arquero del amor, que viene ataviado con su carcaj, donde la elección de la flecha equivocada puede ser el detonante de un dolor ácido y solemne, es el motivo de esa famosa insociabilidad. Posiblemente el resumen de todas estas malas, y sobre todo equivocadas mañas, dan como resultado su célebre impertinencia.
Como yo le quiero bien, le sugiero que reflexione y en este año que ahora comienza de una oportunidad a la vida y a los hombres, se abra a vivir fuera de su despacho. A comprender que hay algo más que el arte, la música, las letras y las filosóficas noches de alcohol y páginas arrasadas de amargura mezclada con tinta.
Por eso me atrevo a hacerle un regalo que decore el pie de su árbol de navidad (si es que lo ha puesto) le próxima mañana de reyes. Se trata de algunos de mis discos favoritos del pasado año. Muchos han sido conocidos por mi después de leer su recomendación en su pequeño blog.
¡Feliz año nuevo Addi, y que los reyes le sean generosos!
Jorge Garcia.
Carta enviada por Addison de Witt a Jorge Garcia el 6 de enero de 2017
Veo que sigue usted siendo un mequetrefe, un hortera y lo que es peor: un blando. Si realmente espera de mi que haga buenas migas alguna vez con ese atajo de majaderos, iletrados y mediocres con los que tiene el mal gusto de relacionarse, es que usted se ha hecho una idea equivocada de mi.
Bonita teoría Freudiana que se ha sacado usted de la manga con respecto a mi coraza y la realidad de mis sentimientos.
Es preciso que usted sepa que mis instintos básicos los tengo cubiertos en parte gracias a mi intelecto, pues no necesito departir con toda esa chusma de ignorantes con vocación de sabelotodos para sentir cubiertas mis necesidades intelectuales, tengo mis libros y mis propios pensamientos con mi Super Yo. Desde luego el afecto no me es necesario, creo que es un sentimiento poco noble, harto acabé hace años de ver como la amistad antes o después termina vendiendo su virtud a cualquier desaprensivo que aparezca haciendo brillar sus blasones, que no sus conocimientos, dándose por abandonado al amigo fraterno.
Los deseos de la carne me son bien atendidos gracias a la solvencia de mi bolsa. Que si bien es posible que no sea el más delicado de los entornos románticos, ha sido con algunas de las muchachas que han vendido su soledad para compartirla conmigo con quienes he sentido los alientos de humanidad más sincera y los besos exentos de lujuria más tiernos en décadas. Además de atender confesiones mutuas, encabestrillar corazones fracturados y derramar las pocas lágrimas que me he permitido en lustros.
Pero no obstante agradezco sus buenos sentimientos y sus consejos, absolutamente inadecuados y pueriles, pero me consta que bienintencionados.
Confieso que es bonito e incluso emocionante ver sus regalos debajo de mi árbol (que si lo he puesto) esta mañana de reyes, y se lo agradezco de corazón. Aunque no hace más que reafirmarme en mi teoría de que es usted un tonto de tomo y lomo. Pues si como dice, ha sido gracias a mi que ha conocido los mencionados catálogos musicales, es obvio pensar que ya poseo los referidos discos, con lo cual me esta usted regalando unos artículos que ya poseo. Lo dicho, que lamento comprobar que el paso de los años no merma en absoluto su falta de criterio y que sigue usted siendo un tonto a las tres.
Aún así no me resisto a corresponder con un presente su incuestionable bondad. Creo que a un cretino de su talla le gustará.
Que tenga usted un buen año.
Addison de Witt
Jo jo jo!, buen cruce de impresiones y críticas entre 'ustedes'. Lo cierto es que es un ejercicio sano la autocrítica y les ha quedado a los dos genial. Si me lo permiten, les dire que se nota que se quieren...
ResponderEliminarJe je je! La verdad es que el uno es un poco blando y el otro un tanto borde, así que es normal que se acoplen y salte la chispa del cariño.
EliminarMe alegra que te haya divertido el experimento.
Abrazo.
Todos somos un poco Dr. Jekyll y Mr. Hyde, Addi (o Jorge). Las caretas son necesarias, si no todos nos comeríamos o nos suicidaríamos. pero a veces dan ganas de enterrarlas por una temporada. Aunque del dicho al hecho…
ResponderEliminarAbrazos.
Por supuesto todos nos enmascaramos un poco, la cosa era ver las dos caras de una misma moneda y hacer unas risas.
EliminarUn abrazo Gonzalo.
Curioso, original, divertido... molan estas movidas tuyas.
ResponderEliminarUn abrazo!
Jejeje, Gracias, tonterías que se le ocurren a uno en ratos tontos...
EliminarUn abrazo.