Hubo un tiempo, demasiado tiempo, en el que las fuerzas apenas podían aguantar una osamenta que menguaba y se deshacía, se descalcificaba y amenazaba con derretirse sobre si misma.
Hubo un tiempo, demasiado tiempo, en que los ojos alcanzaban cada vez menos metros, menos finales de túneles, menos atardeceres y muchos menos anocheceres, solo los amaneceres en vigilia constante eran vislumbrados por una cada vez más borrosa y desnutrida visión.
Hubo un tiempo, demasiado tiempo, en el que el futuro no se adivinaba como opción, la desaparición frente al espejo no permitía licencias como un mañana que en el fondo no importaba, el mundo discurría de plato en plato...
Hubo un tiempo, demasiado tiempo, en el que los minutos eran sustituidos por kilos, por gramos, los proyectos por restricciones más estrictas frente al mantel y la ilusión tenía cumplida recompensa en cada vistazo a un reflejo cada vez más nublado y escuálido.
Hubo un tiempo, demasiado tiempo, en el que la espiral de autocomplacencia ante las derrotas eran el subterfugio perfecto para que el egoísmo de quien prefiere la mentira decorada de realidad no advierta el sufrimiento ajeno y se centre en la egoísta huida hacia una nada aparentemente controlada, una nada que ejerce de droga contra la razón, alimentando una cobardía cómoda y despótica.
Hubo un tiempo, demasiado tiempo, en el que los instintos pasaban a un plano paralelo, la sangre no llegaba para todo, y el mundo era un lugar de ilusiones psicóticas que corrían por los circuitos de una mente demasiado pendiente de continuar buscando la eternidad enfermiza del defiguramiento, el sexo era un dispendio no admitido por un cuerpo que funcionaba con el deposito de vida en la reserva.
Hoy, que la vida vuelve a hacerse notar en pecho y sienes, la pregunta es inquietante...
- ¿Porqué la felicidad era tan real, tan radiante, tan rotunda?...
- ¿Porqué continuan las mismas preguntas?...
Desgarradora descripción de una situación que viví desde la distancia.
ResponderEliminarSe me alegró el alma al verte de nuevo tal como te vi hace ya casi tres meses. A ver si se repite pronto.
No te puedo ayudar con las preguntas, pero... ya encontrarás las respuestas.
Un abrazo, amigo!
Ya es un lujo tu amistad en la distancia, en la cercanía sería un privilegio.
EliminarNo lo puedo evitar, incluso en lo momentos dulces parece que las preguntas me invaden jajaja, parezco un filósofo de pacotilla.
Muchas gracias y un fuerte abrazo.
Sigue escribiendo.
ResponderEliminarAbrazos,
JdG
Creo que no podré evitar no hacerlo Javier.
EliminarUn abrazo.
Se dice que el tiempo lo cura todo, o al menos hace que las cosas se vean desde otra perspectiva, algo que siempre es bueno.
ResponderEliminarUn muxu enorme!
El tema es que no olvidando el pasado es posible que evites caer en los mismos errores, no obstante tengo esta enojosa cualidad de pensar demasiado, incluso cuando las cosas van bien, ojalá pudiese dejarme llevar más.
EliminarOtro muxu grande.