Hace muchas semanas que la existencia de este disco llegó a mis oídos por mediación de mi gran amigo y maestro Jesús, el profesor del cierzo (pinchar).
Desde entonces he leído no pocas reseñas, todas ellas elogiosas y que invitaban a la escucha de este "Spilt Milk", aunque la realidad es que ésta se ha ido demorando sospecho que en demasía.
Poco sabía de este artista británico, de su andadura en solitario prácticamente nada, y de sus anteriores proyectos solo un poco y de oídas, algún apunte de sus tiempos de The Loft y The Weather Prophets, ahora me doy cuenta de que esta desidia con respecto al señor Astor puede clasificarse de error por mi parte.
Pero ahora me permito decir que esta equivocación empiezo a enmendar con la escucha de este delicioso "Spilt Milk", un disco de elegante pop, formado por melodías moldeadas con un gusto y cuidado por las formas propio de un entregado artesano, de esos que en su torno dibujan volúmenes de barro, pequeños, pero de una sencilla hermosura que resulta difícil apartar la vista de sus contornos, así son las canciones que se engarzan en el hilo conductor de este trabajo; un hilo que coincide en sonoridades de guitarras y dulcineas armónicas con el que emplean otros orfebres, también conocidos por estos lares, como: Shmohawk, The Wellgreen, William Duke o The Ultimate Painting.
Con esta argamasa Astor levanta mini-monumentos como: "Really Something", un tema pop caracterizado por la perfección melódica y las saltarinas guitarras que acarician con su chispeante crujir, dando pistoletazo de salida a un tracklist que no deja de deleitar.
Y comienza el deleite con la preciosa: "Mr. Music", de hermosas guitarras y bello discurrir melódico, "The right hand" de seco golpeteo rítmico y acordes que rugen con miel en sus voces y un cierto sabor campestre de la escuela de Neil Young.
La melodía y la voz de Astor se unen a las guitarras para acercarnos un poco al cielo en la preciosa: "Perfect life" que da paso a "The getting there" que nos devuelve a entornos y aromas de campo.
Sobre una base programada se desliza: "Very good lock" y con "Good enough" vuelven las melodías y las guitarras de hermosa inocencia casi infantil.
Y deja de girar el torno con un corte de esencia ochentera, muy británico, muy pop, y muy efectivo titulado: "Oh you".
Vivimos días en los que el pop marca tendencias, ese pop de armoniosas formas melódicas y sabrosos aunque ligeros sonidos, pequeñas construcciones que nos alejan de grandilocuencias pero nos ponen ante la belleza de lo sencillo y rudimentario, como las obras de los artesanos, de los orfebres, como Pete Astor.
Lo tengo también en la sala de espera para ser degustado, las buenas reseñas como esta me invitan a adentrarme ya. Gran descubrimiento. Saludos.
ResponderEliminarOtro disco de sonidos suaves y melodías delicadas, estamos muy pop últimamente jajaja
EliminarUn abrazo.
hace un par de semanas lo tenia para escuchar pero quedo en el cajón Lo he recuperado al leer el post y compaero 100% tus apreciaciones. Buen lp de art pop exquisito
ResponderEliminarEstos discos siempre hay un momento para escucharlos, me gusta el disco aunque tal vez la segunda cara baje un poco, pero las seis primeras son muy buenas.
EliminarUn abrazo.
Sencillez, armonía, belleza,... lo tiene todo. Bonita música.
ResponderEliminarUn abrazo!
Muy buen disco, bonitos temas y elegancia.
EliminarUn abrazo.
Es muy buen disco y tiene algunos temas que tocan la fibra sensible. Abrazos.
ResponderEliminarSi un muy buen disco, en especial la primera mitad es excelente.
EliminarAbrazo.