La llegada de la primera novela de Toni Vidal (Toni Gomiola): "Crawfish" a casa, entregada por el cartero y llegando desde Valencia, fue un momento de alegría e ilusión de esos que acostumbran a insistir en no pasar al olvido, tanto es así que decido guardarla y llevármela de vacaciones donde su lectura prometía resultados mas satisfactorios con el acicate del descanso.
Reconozco que no fue una buena idea, pensaba que la hora de esperar la llegada del sueño tras los días que tenía reservados para conocer Praga, era lo menos que merecía un libro que me había llenado de emoción con su sola presencia en casa y de reconocimiento y agradecimiento al autor, personaje que en su Valencia es más que respetado, y hoy sé de buena tinta que de forma bien merecida y justa.
Llegaba tan cansado a la piltra que me quedaba dormido sin apenas leer unas letras, y las leídas eran poco o nada asimiladas por ser su repaso intercalado con el sueño, finalmente tras las vacaciones lo retomo para leerlo en mi Bilbao (que tampoco esta mal), pero eso si, como Dios manda.
La novela es una compilación de los capítulos que Toni escribió y publicó entre 2009 y 2013 en la revista de la que es redactor: Cutaway Guitar Magazine.
La acción nos sitúa en carreteras - se trata de una suerte de road movie -, pero también en gasolineras, trenes, tiendas de licores, campos de golf, polígonos industriales abandonados o idílicos entornos boscosos, escenarios en los que habitan de forma fantasmagórica y un tanto romántica ecos de un pasado que fue testigo de sucesos sórdidos protagonizados por personajes que deambulan entre la leyenda urbana y la mitología morbosa en las abarquilladas páginas de los diarios de sucesos de la prensa de los años sesenta o setenta.
Con un pie en ese desconcertante pasado y otro en el presente más crudo y asfáltico, desfilan ante el atrapado lector una serie de personajes que se desenvuelven entre la marginalidad homicida, la soledad sin esperanzas, los delirios de grandeza/locura borrachos de sensualidad, o la sumisión hiriente y humillante, todos ellos en busca de respuestas, para lo cual articulan sus pasos como hace el "Crawfish", un cangrejo oriundo de los ríos de Louisiana y que sale del agua por las noches a comer carroña.
Prosa de la que atrapa, de la que estremece con un respingo de frío en cada tormenta, pone a prueba aparatos nerviosos en las búsquedas nocturnas de pasados que se confunden en los momentos de desvarío, o provocan regusto ante las narraciones sensuales...
Y la música claro, no me olvido de ella, las canciones son testigos de la acción, canciones que emiten radios que funcionan milagrosamente, que se escapan de garitas o cabinas de camiones, de vinilos de segunda mano y que ofrecen un repaso de la gran música americana en la voz (que casi podemos escuchar escupida por el papel) de Elvis, Johny Cash, Nick Cave, Jayhawks, Lester Young, Roy Orbison, Rolling Stones o Alice Cooper entre otros.
Fascinante relato, de suntuosas descripciones y viscosos personajes, de ritmo vivo y acción urgente que difícil veo que no enganche tanto a lectores intrépidos como a los más analíticos, y desde luego encantará a los amantes del rock and roll de genuino sabor americano, como el bourbon de Kentucky. Súmamente recomendable.
Enlace para aquellos interesados en la novela: http://www.crawfish.hol.es/
Reconozco que no fue una buena idea, pensaba que la hora de esperar la llegada del sueño tras los días que tenía reservados para conocer Praga, era lo menos que merecía un libro que me había llenado de emoción con su sola presencia en casa y de reconocimiento y agradecimiento al autor, personaje que en su Valencia es más que respetado, y hoy sé de buena tinta que de forma bien merecida y justa.
Llegaba tan cansado a la piltra que me quedaba dormido sin apenas leer unas letras, y las leídas eran poco o nada asimiladas por ser su repaso intercalado con el sueño, finalmente tras las vacaciones lo retomo para leerlo en mi Bilbao (que tampoco esta mal), pero eso si, como Dios manda.
La novela es una compilación de los capítulos que Toni escribió y publicó entre 2009 y 2013 en la revista de la que es redactor: Cutaway Guitar Magazine.
La acción nos sitúa en carreteras - se trata de una suerte de road movie -, pero también en gasolineras, trenes, tiendas de licores, campos de golf, polígonos industriales abandonados o idílicos entornos boscosos, escenarios en los que habitan de forma fantasmagórica y un tanto romántica ecos de un pasado que fue testigo de sucesos sórdidos protagonizados por personajes que deambulan entre la leyenda urbana y la mitología morbosa en las abarquilladas páginas de los diarios de sucesos de la prensa de los años sesenta o setenta.
Con un pie en ese desconcertante pasado y otro en el presente más crudo y asfáltico, desfilan ante el atrapado lector una serie de personajes que se desenvuelven entre la marginalidad homicida, la soledad sin esperanzas, los delirios de grandeza/locura borrachos de sensualidad, o la sumisión hiriente y humillante, todos ellos en busca de respuestas, para lo cual articulan sus pasos como hace el "Crawfish", un cangrejo oriundo de los ríos de Louisiana y que sale del agua por las noches a comer carroña.
Y la música claro, no me olvido de ella, las canciones son testigos de la acción, canciones que emiten radios que funcionan milagrosamente, que se escapan de garitas o cabinas de camiones, de vinilos de segunda mano y que ofrecen un repaso de la gran música americana en la voz (que casi podemos escuchar escupida por el papel) de Elvis, Johny Cash, Nick Cave, Jayhawks, Lester Young, Roy Orbison, Rolling Stones o Alice Cooper entre otros.
Fascinante relato, de suntuosas descripciones y viscosos personajes, de ritmo vivo y acción urgente que difícil veo que no enganche tanto a lectores intrépidos como a los más analíticos, y desde luego encantará a los amantes del rock and roll de genuino sabor americano, como el bourbon de Kentucky. Súmamente recomendable.
Enlace para aquellos interesados en la novela: http://www.crawfish.hol.es/
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