El otro día hablaba de esta banda griega recién llegada a mi vida, y comentaba su primer disco de 2013: "Kick Over The Traces" en esta misma bitácora (pinchar aquí para acceder a la mencionada reseña).
En ella destacaba la sorprendente autenticidad del sonido, un conglomerado de blues, rock y funky perféctamente combinado que crea un conjunto de perfecta ortodoxia genuinamente americana a pesar de su llamativa procedencia helena.
El disco despide raza y fuerza, plasmada en guitarras eléctricas fibrosas y ritmos indómitos, un sonido clásico que tanto se acerca a los sureños outlaws como a los blueseros malditos y contaminados afines a los Zep.
Tras aquél vino un segundo larga duración titulado: "Dogs & Vultures" publicado en este 2014 y que presenta similares credenciales que el debut, y también dentro del presente año, aparece este tercero de titulo: "Tales Never Told" en el que apuestan por la misma fuerza y disposición pero desenchufando las guitarras y apagando amplis para ceder el protagonismo a las acústicas.
Pero que nadie se líe, este desenchufado no quiere decir que los chicos liderados por Stavros Papadopoulos facturen un disco de tendencias folk, o country, cediendo el protagonismo a las baladas de lírico tono y a las melancolías crepusculares tan idóneas a las guitarras desprovistas de watios...no, hay baladas en el tracklist pero sus pretensiones son transmitir la fuerza de sus acometidas eléctricas en un formato mas suave sónicamente pero sin perder las señas identificativas de ese rock y blues principálmente que tan firmemente se impone en sus dos primeros trabajos.
Diré que lo consiguen de forma mas que admirable, en primer lugar la voz de Stavros suena como si la luz eléctrica la rodease en lugar del airecillo desprendido de la vibración de las cuerdas de nylon, no cambia ni su desgarro rockero ni su arenosidad tímbrica, no influye el sonido acústico en su forma de frasear ni de emitir la voz, fuerza transmitida por la garganta de Papadopoulos.
En cuanto a la sonoridad que rodea este vendaval canoro: pues escobillas en lugar de baquetas y ausencia de distorsiones como es normal, base rítmica de enjundia a pesar de la falta de decibelios e incorporación de slides ocasionales, que si aportan un leve, solo leve, toque country a ciertos temas.
Pero la intencionalidad de la banda no varía, solos de guitarra de auténtico delirio y fuerza en los rasgados que transmiten toda la fuerza que concentran las composiciones.
Composiciones que hacen un número de doce, como en anteriores entregas sin pretender inventar nada, únicamente intuyéndose en las mismas vocación de autenticidad y verdad musical, actitud y buenos trabajos melódicos, el resto es raza y oficio.
Ambas virtudes quedan de manifiesto desde el principio, empezando por el blues-rock aspero y rudo que enseña las cartas de lo que será el álbum y que se titula "Not Another Day".
Tema digerible, mas calmo melódicamente y rematado con un estribillo redondo y perfecto, se trata de "Wannabe", estupendo medio tiempo de guitarras abiertas y sonoras y voz que hiere por la crudeza del color.
Aires countrys en "Born Again", mas amable en tono y acariciadora en melodía, se trata de una balada rock de delicado estribillo; mas guitarras de fina estampa para el comienzo del medio tiempo "Shine", nuevamente triunfa el ritmo, atinado y efectivo y el trabajo perfecto de Stavros como vocalista.
Otro medio tiempo de luminosas guitarras, estribillo de tiranteces dramáticas y melodía tópica pero efectiva para este corte que mira a los Zep mas líricos y nebulosos en la estupenda "Get Away".
Balada típica de templada temperatura vocal esta vez y sedoso tratamiento melódico en la evocadora "I Need You" que tiene su continuidad en "A Runaway", un estupendo rock de medias tintas rítmicas y ronca tonalidad que únicamente aporta un quintal de clase y una melodía sobria y elegante, un auténtico pelotazo.
Guitarras jugando a hacer encajar el funky en un recipiente rockero y dejándose acariciar por el blues, un tema realmente fabuloso y de carácter este "Ball and Chain" con los mismísimos AC/DC como imágenes acústicas reflejadas en el espejo sónico de los griegos.
Y despedida con "Butterfly", precioso tema que lleva en su interior la mas pura esencia poética y medieval de las baladas Zeppelinianas, una pasada para terminar este disco extraordinario.
Esto suena de escándalo, tío. Me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo!
Te asegruro que estos tios son buenísimos Evánder.
EliminarUn abrazo, te los envío en cuanto pueda.