Matt Edwards & The Lonely - "Leave The Bottle", 2014. Mas de lo mismo.

Mas de lo mismo...y sinceramente no se si es bueno o no, pero últimamente ando un poco necesitado de cosas nuevas, ando un poco ávido de experiencias que me sorprendan o que al menos me digan que no todo es blanco o negro... pero tampoco gris, por muchas tonalidades que le queramos sacar a este color.


Estoy impaciente por que sean los verdes los que, como piratas voraces y ansiosos de botín entren al abordaje en mi retina... o rojos o amarillos. Por eso el impacto que en mi espíritu causó recientemente la llegada a mis acomodados oídos de The Strypes y Temples, quienes sin descubrir un nuevo sistema solar, no se dedican a repetir riffs y punteos, ni se mimetizan en la personalidad sónica de un grupo determinado de un mas o menos alejado pasado, ni hacen un coctel con el sonido de unas cuantas bandas para intentar crear uno propio, experimento que no suele funcionar, en estos casos lo que suele ocurrir es que unos temas se asimilan en exceso a los Crowes, otros a los Led Zepp y otros a los Stones...porque además, seamos claros, siempre son los mismos conjuntos los que hacen de modelo o espejo en el que se fijan últimamente la mayor parte de las bandas, en especial las de mayor poso racial y sureño allá, allende los mares, en la zona confederada del país del Tio Sam.
Y en estas estaba hace unas semanas, navegando entre mares de colorines y probandome sonidos de fibra sintética en aparente desuso cuando me fue sugerida la escucha de esta banda que hoy nos ocupa, me fue presentada a bombo y platillo, como un prometedor conjunto de músicos dirigido por un intrépido cantante y guitarrista llamado Matt Edwards y que practican un conglomerado de texturas de raíz que intercala en su argamasa sonica rock, blues, country, folk y southern meticulósamente combinados, con la sabiduría que otorgan años de escucha de Crowes, Zeppelines y Stones, lo dicho...mas de lo mismo...


Y no diré que lo hacen mal, no, lo cierto es que el disco, titulado "Leave The Bottle", primer larga duración de la banda, es una interesante colección de canciones de esencia sureña y cuidadas melodías, muy bien cantadas por la personal y quebradiza voz de Matt Edwards, temas que cuentan con baterías y bajos de los que crean vida y no solo ritmo, latidos y no solo pulso, guitarras que rugen sin estridencias en los recorridos de acompañamiento a la voz y que se desarrollan libres y abiertas en solos de intensidad en el aullar y belleza en las lineas.
Doce cortes, el que menos, disfrutable, y alguno sobresaliente, como las dos baladas del disco, una eléctrica: "Girl", líricamente interpretada en el plano vocal, con unas guitarras que enredan sus arpegios creando una red de pellizcos eléctricos irresistible en belleza y emoción, hermoso tema de verdad. La otra acústica, folk, cerrando el trabajo: "City", con una voz que parece que se romperá de un momento a otro, dolorida en el agudo y evocadora en el grabe, susurrando por momentos y rasgando el manto creado por dos guitarras que suenan a madera y dolor, un corte típico pero bello.
Sobresaliente es también el tema que abre el álbum: "This Ain't Love", una explosión de distorsiones dulces y una melodía mil veces oída y otras tantas veces disfrutada, solos heroicos y vocalidad entregada en un rock and roll excelente. Similares derroteros sónicos rigen las voluntades de "Debt" y "Kiss", ambas con guitarras de enérgico posicionamiento como protagonistas.
El poso mas rasgado y boscoso en el country-folk-blues dominado por una slide con que da inicio la sensacional y pegadiza "Come Up Swinging", que vira de repente a terrenos mas southern y bailables. Nerviosas y acústicas pero con claridad en las melodías y calor en el sonido, se vierte como fluido whisky huyendo de su botella "Don't Wanna Drink Alone", country de taberna y soledades acompañadas por bullicio ruidoso pero sordo; y ligera, saltarina y juguetona, se agarra a tu alma el country-rock "Rock and Roll", tópico pero excelente.





Nada nuevo hasta aquí, rock sureño de soleados excesos vitales, country de botas y sombrero de cow-boy, baladas de emotivo lirismo, rock del de siempre, ritmos que obligan a bailar y guitarras que parecen llorar de miedo a que la vida huya de sus cuerdas, nada nuevo, todo bueno... eso si.
Lo que queda es...Mas de lo mismo...rock con aires Drive By Truckers (otra banda que se apunta a los emulados últimamente), muy arraigado a la reseca tierra en "Let Me In", country romántico y soleado en la nostálgica "Smoke", fluidez con los Truckers de nuevo como reflejo estilístico evidente en "Clinton" y mas o menos con las mismas coordenadas la contundente aunque menor "You Don't Know Lonely".
Fabuloso disco, que no trata de engañar ni estafar, que se presenta ante el mundo gritando su procedencia y dejando ver su piel desnuda, desprovista de disfraces o vestimentas engañosas, sinceridad y honestidad en su talante, la verdad es que es un muy buen trabajo, tal vez sea yo, que estoy un poco revuelto y con ganas de experiencias nuevas, como los adolescentes, no me cabe duda de que este disco dará muchas satisfacciones a los adictos al southern rock y el americana, entre los que me encuentro, a pesar de que es, como digo, Mas de lo mismo...

Comentarios

  1. Es que seguramente en esto del rock esta casi todo inventado...pero que buenos son los jodios!! Siempre digo lo mismo pero el rock es un tema de cocteleria...el secreto esta en dosificar adecuadamente las cantidades...Gracias por este post que se va directo a mi disco duro

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    1. Efectivamente, el simil del coctel lo suelo utilizar porque refleja muy bien la realidad de la creación sonica de cada cual, este es un disco que hoy, unas semanas después de escrita esta reseña me gusta mas que entoncés...y eso dice mucho de un trabajo Jose.
      Saludos.

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