Paul McCartney - "Off The Ground", 1993. Perdido en la memoria.



Hay cosas que por lo que sea son borradas del inventario que tu cerebro mantiene vivo en el archivo de primera instancia de la memoria.

Ocurre con recuerdos, personas, operaciones matemáticas, datos de cualquier índole, libros y también, ¿Por qué no?, discos.

Esto había ocurrido con este vinilo que hoy traigo aquí, "Off The Ground" de Paul McCartney, cuya existencia simplemente se había borrado de mi memoria, su existencia como pieza que formaba parte de mi colección e incluso su existencia como disco un día grabado por el ingles.

Tras unos ochenta zigzagueantes en los que Macca combina éxitos como "Growing Up", incompresible para el que suscribe la repercusión de este tema, incluido en un flojo álbum como "McCartney II", sus colaboraciones con Steve Wonder y Michael Jackson en "Ebony & Ibori" del correcto "Tug Of War" (1982) y "Say, say, say" del comercialoide y fabricado de descartes "Pipes Of Peace" (1983), que ocuparon las mas altas posiciones en las listas de medio mundo a pesar de formar parte de discretos álbumes, en especial en el caso del "Pipes Of Peace", flojo de veras.

Un fallido proyecto cinematográfico y discográfico también con el coverado disco "Give My Reggards To Broad Street" (1984), que compartía titulo con la película, horrenda y que paso desapercibida por las pantallas, salvó, no obstante, el hermoso single "No More Lonely Nigts" el lustre comercial de la empresa.


Tremendamente deficiente el discotequero y tecnopopero "Press To Play" (1986), una recopilación rutinaria y predecible de temas ultra comerciales que no cuentan ni siquera con la mítica inspiración melódica propia del ex-beatle y finalmente un respetable "Flowers In The Dirt" (1989) que funciono bien en lo comercial y que contaba con algún meritorio corte gracias en parte a la colaboración en el mismo de Elvis Costello que firma junto al de Liverpool los mejores momentos del disco.

Vuelta a las giras y triple en directo que vuela en las listas de ventas, y como todo había salido bastante bien en los últimos años pues tocaba disco nuevo con el mismo equipo que había obrado el milagro.

Y bajo estos antecedentes y en base a esta estrategia de producción nace este "Off The Ground" que hacía años que moraba, como diría Cortazar, Donde habita el olvido.

Lo vuelvo a pinchar con curiosidad y, para ser sincero sin esperar nada especial, y este último presentimiento no tarda en hacerse realidad, el disco no tiene absolutamente nada de especial, ni tampoco posiblemente de meritorio.

Continua con la temática sónica de su antecesor, basada en sonidos amables de fácil asimilación. Con melodías como de Macca, osea, sencillas, fluidas y tan naturales que parecen no precisar de ningún esfuerzo por parte del autor para ser concebidas, como si naciesen de la tierra, como la hierba, este es el gran e inmortal talento de Paul McCartney, y las canciones de este disco no son excepción a esta constante.

Son estas melodías recubiertas de un sonido fino, sin complicaciones ni pretensiones, dando a cada nota lo que de forma comercial y en esencia casi científica precisa.

Lo que resulta de este perfecto trabajo de producción buscando la sonoridad digerible y preciosista propia de los ochenta es finalmente un manto de eclecticismo sónico que no aporta absolutamente nada a unas buenas construcciones melódicas, un inofensivo apartado instrumental que en ocasiones resulta frío y distante.

A parte de la exitosa "Hope Of Deliverance" que escaló hasta los primero puestos de las listas gracias a una grácil melodía tratada con mimo comercial y dotada de un estribillo pegadizo y sonoro, el disco da comienzo con unas esperanzadoras guitarras que rugen en un riff oscuro pero que unas palmas discotequeras y una voz, bella, emitida con natural y sofisticado fraseo pero empalagosa en el decir da al traste con todo lo que prometía, hasta que llega el estribillo, brillante y caluroso, de los que se adhiere al cerebro pero que se ve franqueado por unos cursis coros y que late al son de las iniciales palmas y llega al supuesto cenit con un uperisado solo de guitarra que suena falso, artificial...una pena este inicial "Off The Ground".


Y lo cierto es que la sucesión de temas no hace que la cosa mejore, siempre se terminan salvando los cortes gracias a las melodías perfectas y a la labor de bella línea canora de Paul, dotado de una de las voces mas hermosas de la historia de esto.

"Looking For Changes" mantiene los principios de su antecesor, aunque sus guitarras suenan mas mordaces y la melodía es un poco mas agresiva, la batería sigue sonando falsa, metálica, como de juguete.

"Mistres and Maid" es un juego entre ritmo y melodía cantada con perfección por el de Liverpool, melodía que corre por los conductos auditivos como agua por un barranco, de lo mejor de disco a pesar de cierta pesadez rutinaria, similares parámetros se dan en la ligera y de enérgico estribillo "Biker Like An Icon".

Tres baladas sustentadas en acústicas de sonoridad folk británica o sobre un piano puramente McCartiano, o incluso Beatlemano se intercalan en el track-list: "I Owe It All To You", dotada de un típico estribillo marca de la casa, imposible que no guste con su contagiosa acústica, aunque tampoco aporta nada, es la mejor de las tres, geométricamente perfecta resulta "Golden Earth Girl", cantada en falsete con detalles de vientos y maderas bastante sinsorgos, aburrida. Y no menos tediosa resulta la que cierra el disco, la grandilocuente pero en el fondo vacía "C'mon People", dotada, como no, de una fácil y agradable linea y una apoteósis instrumental mas de laboratorio que de instinto musical de desbocada pasión.

"The Lovers That Never Were" es un medio tiempo impersonal y aséptico que no dice nada y "Peace in The Neighbourhood" es un intento de rock que juega con las guitarras, que se enredan con un piano pero que en conjunto no termina de funcionar por lo pasiva y conservadora de su producción.

Lo intenta y parcialmente lo consigue la rockera y cantada con cierta furia "Get Out Of My Way", la cual al menos cuenta con guitarras que chillan por primera vez en el disco, la base rítmica es viva y cincuentera, puro y clásico R&B pionero, aunque las baterías siguen sin sonar a baterías y unos vientos inapropiados estropean un poco el tema, aún así de lo mejor del LP sin duda.

Y solo nos queda comentar la anodina "Winedark Open Sea", con una acústica que se acerca al folk y sonidos de lejana letanía celta, melodía como siempre fluida y estribillo que recuerda al Boss mas plomizo, tampoco es una canción destacable que da por terminado el recorrido a este fallido, ramplón y excesívamente sobreproducido producto que permanecía en el cuarto de los invitados olvidados del hotel de mi memoria y me temo que ahí va a seguir.

Algún día me armare de valor y escribiré lo que realmente pienso de ese genio indiscutible que es Paul McCartney, de la realidad y la ficción de su discografía, de lo valorado atendiendo a la justicia y de lo que esta incomprensiblemente bien valorado, y me temo, que ese día se monte un poco de jaleo, pero...
Os deseo a todos un fantástico fin de semana.

Comentarios

  1. Este disco parce una version descafeinada del superior Flowers in The Dirt. Sobrevalorado por la critica . No es de sus mejores albumes puestos a buscar uno no tan apreciado pero a mi gusto sublime Flaming Pie

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  2. Entiendo bernardo que "Flaming Pie" es el único disco realmente salvable de Macca en 20 años pero si, Flaming es muy bueno, este flojo y Flowers no esta mal pero tampoco es tan bueno como se llego a comentar en su día.
    Saludos.

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