Hay que ver lo que los años hacen con nosotros, "Crises" (1983) es un disco que fue iniciático para mi, cuando era un muchachito que apenas bordeaba por la parte de abajo la adolescencia, un camarada de los que llamábamos mayores, osea un par de años mayor que servidor, un auténtico abismo desde mis doce años, viendo que yo era un musiquero incipiente, quiso y consiguió hacerse el exquisito y gustarse sorprendiendo al que suscribe con unos conocimientos musicales que hasta la fecha me eran desconocidos y que no imaginaba que pudieran caber en la sesera de un humano "normal". Evidentemente hoy en día veo las cosas de una forma distinta, real...
En aquellos años en los que la mayor parte de la música que yo escuchaba, y que era mucha, era en castellano, espoleada mi incipiente grandeza pseudo-intelectual-adolescente, por los chillones colores y las atrevidas e indecorosas ofertas estéticas de la facha propia de "la movida", un disco como "Crises" y un artista como Mike Oldfield, quien yo creía que era, a pesar del Mike, una mujer, por razones obvias que mas adelante explicare, era terreno por explorar en la búsqueda de la auténtica verdad de la música, pues se trataba de una oferta alejada en varios años luz de los sonidos adictivos y jóvenes de la movida.
Un reto, esa era la palabra, un reto era lo que significaba adentrarme en un universo como este que plantea un disco como "Crises", con una primera cara compuesta por un solo tema instrumental, con trazas de rock progresivo pero con unas formas mas pop-rock y una interacción guitarrera mayor de la que se da en otras obras progresivas mas completas sónicamente, y si se quiere, también mas densa, mas viscosa.
Javi, el sabio que me presto el Lp en formato casete, me rodeo de superficialidades pedantes la escucha del álbum, que gracias al éxito de la mega conocida "Moonlight Shadow" no dejaba de ser un best seller que arrasaba en los mercados y que era escuchado parcialmente en su segunda cara, (cuantas veces me he preguntado cuantos de aquellos compradores de este disco, en la vida han completado una escucha entera de la cara A del mismo), por varios millones de personas que disfrutaban de los cinco cortes mas comerciales que nutrían de bellas y evocadoras melodías y heróticos punteos hard-flamencos de guitarra española la segunda cara del disco, haciendo de perfecta cobertura al megaéxito que supuso la citada "Moonlight Shadow" y, en menor medida la también conocidísima "Shadon on the Wall".
El caso es que después de quedar deslumbrado por aquel disco, también en su primera cara, los años han hecho estragos con su memoria, y tras una década de pleitesía a los discos presentes en cada momento y sobre todo anteriores a "Crises", ya que mi excesiva juventud me impedía tenerlos computados, la tarea de recuperarlos y alabarlos me llevo algunos años, y entonces llegaron los noventa y Mike Oldfield empezó a dejar parte de su espacio a otros artistas hasta prácticamente quedarse sin espacio propio, motivado también por la falta de interés que fueron progresivamente mereciendo sus nuevos proyectos durante los últimos 15 años.
En mi creciente y casi alarmante interés por recuperar los vinilos, el mercado de segunda mano ha supuesto una ocasión inmejorable para hacerme con autenticas joyas de la música por precios razonables y en ocasiones ridículos, uno de estos últimos supuestos se dio hace unas semanas con el disco que hoy nos ocupa.
Y es que haciendo trabajar mis dedos entre la polvorienta marabunta de discos que atesora mi camarada de la estación de Santander, uno, en el monótono pasar de carátulas por delante de mis ojos, me hizo parar el mecánico ritmo de búsqueda, la razón:... una de las carátulas que mas me han gustado, fascinado diría yo, de todas cuantas he visto en mi vida:... ese tipo "reflexionando" junto al mar, bajo un cielo color verde y bajo la intimidatoria presencia de un fantasmagórico rascacielos, que en medio del mar, destaca como una amenaza extraña e incomprensible, con la única presencia de vida que supone la luz que en una de las ventanas de la última planta permanece encendida y que supone un asomo de vida o de aviso siniestro, no lo se.
Lo saque de su cautiverio y busque su precio, inscrito en lápiz en un arrugado post-it, 2€, no había nada que pensar, entre lo bonito que era y los recuerdos que me traía eran dos pavos mas que merecidamente gastados aunque ni me molestase en pinchar el disco, estética y melancolía luchando por la supremacía de mis sentimientos.
Pero al llegar a casa con este y otros cuatro vinilos bajo el brazo, algo, no se el que, me hizo pinchar precisamente este "Crises", y ocurrió algo con lo que no contaba, recuerdos recuperados a flor de piel, mas que recuerdos, sensaciones, casi vivencias, los sonidos de esa sinfonía que es la cara A del disco y que 30años atrás me resultasen evocadores, inspirados y reveladores, me lo volvieron a parecer, y lo hicieron con una fuerza semejante a la de entonces, con menos pasión y mas melancolía, con menos sed pero con mas consciencia de los males del empacho, pero como entonces con sorpresa, y con la piel adaptándose a los sonidos que Mike Oldfield propone en esta apuesta por el sentir clásico y perenne, sin complicaciones psicológicas, con respeto a la melodía pero sin perder la calidad de sus mejores momentos pretéritos, con esa intensidad orquestal que caracteriza a los discos mas célebres del autor y con el, en este caso, valor, de los intereses comerciales y criterios de fluidez melódica que dominaban aquellos principios de los ochenta.
Con evidentes y "fáciles" influencias blues y rock, perfectamente adaptadas a la apuesta de todo el recorrido básicamente guitarrero de la pieza, agarrado a la creación de instantes de intensidad melódica y sobre todo ambiental, y con basamentos vocales en forma de estribillo en la parte central del corte, y finalizando como en un leve descenso por una montaña, imparable, en cierto modo triste, pero feliz de saberse saciado de disfrute, de goce de algo bueno, refrescante y gratificante que en cualquier momento se puede repetir, hasta que los últimos acordes, suaves y tristes nos dicen hasta la próxima, justo antes del abrupto y violento "plof " que supone la finalización del vinilo y la ruidosa separación de la aguja y abandono del disco a su penoso parar de girar sobre el plato esperando el aplauso, el silencio, la critica o lo peor, la ausencia de todo lo anterior y la presencia de la indiferencia...
Como digo es la primera de las opciones la que asalta mis deseos, el aplauso, entusiasta pero sereno, contento pero triste, lacrimoso y emotivo... una primera cara que considero justo recordar y reivindicar como justa la vuelta a su lugar de origen, el éxito y reconocimiento que hace treinta años tubo y que debe seguir teniendo.
Otra historia es la cara B, formada por cinco cortes diferentes entre si, dotados todos ellos de ochenteras y digeribles melodías, de suaves e inofensivas apuestas sónicas, siempre escudadas en una sonoridad ochentera basada en la amortiguación de la pesadez sónica de las guitarras, los riffs y los ritmos machacones y oscuros que destacaban en el rock setentero y que suponían la pena de muerte que la industria hacia pesar sobre el "desagradable" reinado del punk con sus verdades subjetivas y violentas.
"Moonlight Shadow" es uno de los mayores éxitos comerciales de los ochenta en medio mundo, construcción melódica perfecta, geométricamente impoluta y perfectamente interpretada por Maggie Reilly, cantante habitual de Oldfield en aquellos años y que rompía con la creencia, al menos mía, de que los discos los firmaba quien los cantaba, de ahí que yo pensase que -"la tal Mike Oldfiel" era la tía que cantaba en el disco, pues no, como todos sabemos no era así, Mike Oldfield ni era, ni fue nunca un cantante aunque en una época lo intentase.
"Shadow on the Wall" me indico desde los cuarenta principales que algo no funcionaba, pues en este tema que también tubo considerable éxito, la voz era masculina... ¿Quién... y sobre todo QUÉ, era el tal Mike Oldfield?, tema de intensidad extrema, amortiguada por la prudencia sónica de la época tenia la rabia contenida del heavy que entonces triunfaba, perfectamente personalizado en la magnifica voz de Roger Chapman, otro éxito para la saca en una exquisita segunda cara.
La breve pero intensa "Taurus III", que se trata de un destartalado despliegue de medios en cuestiones virtuosísimas en el manejo de la guitarra española en una suerte de "Hard-flamenco", tan curioso como sorprendente, aunque melódicamente anodino, en cualquier caso, interesante.
Y dos temas sorprendentes, la etérea y extraña "In High Places", tema que parece desarrollado flotando en el vacío, en un cañón o garganta, lanzando un desesperado grito al mundo, dotado de una extraña pero bella melodía, un tema que siempre me ha entusiasmado,
Y para terminar una machacona, triste y evocadora melodía que repite un hermoso estribillo hasta la saciedad llegando a resultar cargante, un tema, "Foreign Affair", de evocaciones sónicas medievalistas y cadencias melódicas un pelin cursis, pero que conjuga en su fondo de teclados la esencia del "buen" pop tecladista que también lo hubo en los ochenta, elegante y fino desde el punto de vista sonoro.
Un muy buen disco que he redescubierto de casualidad, dejándome llevar por los recuerdos que una extraña y linealmente plástica portada me abordaban y llevaban a otra época, feliz, de aprendizaje vital, además de musical y que me esta haciendo recuperar al artista extraordinario que fue Mike Oldfield y cuya figura y discografía setentera y en parte ochentera quiero desde este post reivindicar, empezando por este ciertamente brillante "Crises", y que además señores, insisto, tiene una portada clamorosa.
Mike nunca fue de mi devoción. Lo siento pero no pude con Tubular, ni Owmadown pero he de reconocer que su época pop es magnifica. moonlight shadow es una maravilla pese a las multiples veces que ha sonado, pero también esta Family man, y el trabajo con Sally Oldfield . Gran mIke
ResponderEliminarNunca fui mucho de Mike Oldfield pero algunos temas de este disco o del anterior "Five miles out" me encantaban a pesar de lo machacados. Tu post es monumentalmente grandioso, así como te lo digo. Abrazo.
ResponderEliminarLa madurez auditiva que se acumula con los años nos hace escuchar la música de hace tiempo desde otra perspectiva. La experiencia y el entrenamiento sonoro lo hacen posible.
ResponderEliminarEnhorabuena por el post. Es una pasada.
Un abrazo!
Bernardo: Para mi fue iniciatico, empezó mucho con el, con este disco y con el posterior, Discovery, asi que hay aqui una mezcla musical y emotiva que hacen el post y el disco algo un poco diferente, pero seguro que me entiendes amigo, ¿a que si???
ResponderEliminarSaludos.
Johnny: Esta época es otra historia, no tiene demasiado que ver con sus setenta, que es sin embargo lo mas prestigioso de su carrera.
Exageras Johnny, lo que pasa que donde hay aprecio...
Muchas gracias amigo.
Saludos y en nada hablamos cara a cara.
Evánder: Te digo lo mismo que a Johnny, donde hay aprecio, a veces falla un poco la objetividad, gracias tio.
Inteligente y totalmente sabia tu reflexión, solo puedo estar de acuerdo totalmente con ella.
Abrazo y hasta dentro de nada.