...cualidades que en esta tercera entrega ocupan el cetro estilístico dominante, que retumban con irreductible poderío y que se sustentan en soflamas Rock, Garage, High Energy y Hard Rock.
Por Jorge García.
Dregen deja The Hellacopters en 1997 tras la publicación del segundo larga duración de los suecos titulado "Payin' the Dues" y sin él, el grupo pierde parte del seminal acento punk que engendró la banda (junto a otras etiquetas) en sus dos primeras obras.
Esto no quiere decir que las pérdidas sufridas en cuanto al nihilismo sónico del grupo dieran al traste con la garra y con el músculo propio de la banda capitaneada por el hierático Nicke Andersson, pues ellos ya atesoraban otras cualidades que en esta tercera entrega ocupan el cetro estilístico dominante, que retumban con irreductible poderío y que se sustentan en soflamas Rock, Garage, High Energy y Hard Rock.
Con una producción más matizada - aunque en posteriores discos pasaría por una sesión aún mas intensa de cosmética - el sonido resulta fibrosamente equilibrado y se reivindica como el espacio lógico y nunca repetido, que se forma en la intersección creada entre las circulares ondas expansivas de "Payin' the Dudes" (1997) y "High Visibility" (2000).
Creo que si tuviera que elegir un par de palabras para definir lo que produce en mi organismo "Grande Rock", las más certeras serían euforia y apoteosis.
Extrayendo efectos y sensaciones de bandas como Kiss, Motörhead o Stooges, sin llegar a la emulación o al calco, los suecos mantienen su parcela de personalidad y estilo, que es precisamente con la que llegan a un nuevo público que recoge las simientes del pasado, para tras su procesado noventero, consumir la nueva mezcla con la debida y pertinente voracidad.
Canciones son razones y en "Grande Rock" no obtendrán ningún tipo de coartada que abra la puerta al medio tiempo y menos aún a la balada, la furia y los arrebatos eléctricos mandan y así lo comprobarán con la escucha de la exaltada "Action de Grâce"; el Hard Rock incendiario de "Alright Already Now" y "Move Right Out of Here"; la influencia stoniana de "Welcome to Hell" o la fulminante pegada de la rugiente y turbadora "The Devil Stole the Beat From The Lord".
Con su tercer disco, The Hellacopters, ya sin su icónico guitarrista Dregen, concentrado en sus Blackyard Babies, inician un segundo periplo sonoro que si bien no sufre rupturas dramáticas con respecto a sus inicios, si que supone un posicionamiento que irá asentandose y creciendo dando inicio a la etapa más exitosa y recordada del grupo.
Mira que me gusta la banda....pero siempre me ha costado conectar con este disco...prefiero anteriores o posteriores, es algo extraño.
ResponderEliminarUn saludo
En realidad el sonido que se registra aquí está entre ambas etapas, como indico en la reseña, así que te puede haber pillado un poco en una tierra de nadie, desde tu más que respetable criterio. A mi este y los dos siguientes me flipan.
EliminarGracias y un saludo.
Somos del mismo equipo aquí, Jorge. Muy bien explicado el disco, en concreto en el tercer párrafo lo dejas claro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ya sabía yo que en los asuntos escandinavos tú y yo coincidimos mucho mucho, y con "Grande Rock" no iba a ser menos. Lo celebro.
EliminarUn abrazo.