Israel Nash - Topaz (2021)




...se suman a las germinales esencias americanas, donde decididamente Nash nos recuerda al Neil Young que se hacía acompañar de los Stray Gators, otras influencias como el soul, el gospel o una suerte de lisérgica psicodelia...

Por Jorge García.


Conocí a Israel Nash, entonces añadía la coletilla Gripka, en el Askena Rock Festival de 2012. El impacto llegó después de un concierto que Nash ofreció una cálida tarde festivalera, en el que los no demasiados congregados en el escenario pequeño nos quedamos ciertamente sorprendidos con lo escuchado, aquellos días el protagonista de las sesiones ofrecidas por Israel Nash era su excepcional disco de 2011 "Barn doors and concrete floors".

Un año después y ya sin el Gripka, el artista oriundo de Missouri publicaba "Rain plans", un disco que evolucionaba sónicamente, acercando su acento americana a entornos más psicodélicos y progresivos, muchos alabaron aquel trabajo, a otros nos aburrió terriblemente.

Llegaron más discos, pero he de confesar que apenas me sumergí en ellos. Lo hice pero únicamente de forma superficial, aunque la verdad es que no me engancharon en las pocas escuchas que les di.

Ahora llega "Topaz", y admito que no tenía la más mínima intención de dar cancha al nuevo disco de un artista al que ya consideraba ajeno a mis intereses musicales. Tanto es así, que ni siquiera me molesté en escuchar el adelanto en forma de EP que ofreció el pasado año.

Pero tras leer y escuchar reseñas y alabanzas varias a este nuevo cancionero, entre ellas la que mi camarada David H. Molina (Aka Nikochan) le dedicaba recientemente en el Exile, he decidido dar una oportunidad a "Topaz".


Continúan los densos tejidos produccionales y la adición de entornos progresivos, el uso de numerosos instrumentos y la utilización ocasional de una ácida psicodelia; todo ello forma una resistente maraña sonora que otorga al sonido una especie de densidad afectada de presunción, aunque en esta ocasión nada molesta.

También se suman a las germinales esencias americanas, donde decididamente Nash nos recuerda al Neil Young que se hacía acompañar de los Stray Gators, otras influencias como el soul, el gospel o una suerte de lisérgica psicodelia que en esta ocasión estimo mejor administrada y mucho más digerible.

Del primero de los palos mentados en el párrafo anterior, los temas "Down in the country" y "Stay" son ejemplos evidentes, aunque un servidor prefiere claramente el primero al segundo. 

El country ocupa también un lugar de privilegio en el disco, y el folk, aunque ambos conviven en perfecta armonía, influjos sonoros añadidos con buen tino en "Dividing lines" (trompeta incluida) y con un entorno más místico en la más económica en cuanto a medios sonoros, "Closer".

Aunque este escriba prefiere la segunda cara del elepé, donde Neil Young se introduce en el espíritu de Nash (algo que ya hemos dicho que es bastante habitual) y desde allí bendice los mejores momentos de este cancionero, empezando por la estupenda "Canyonheart".

Sigue la deidad canadiense presente en la magnífica "Indiana", con sonido más expansivo y Big Band; mientras que en la hermosa "Sutherland spring", con aullantes stills guitars, la emoción se hace casi corpórea, formando este trio de tonadas lo más subyugante y sublime de un disco que me reconcilia con Israel Nash.

Un álbum ciertamente delicioso, en el que a diferencia de otros firmados por este artista, me siento mucho más cómodo con la producción y el entorno, con momentos gloriosos y otros, en mi opinión, menos gratificantes, pero que sin duda pasará por ser de lo más destacado de este año.

Se recomienda visitar la reseña que sobre este mismo trabajo publicó David H. Molina en el Exile SH Magazine.

Comentarios

  1. Curioso el descubrir discos cuando recomienda el vecino

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  2. Totalmente desconocido para mi, fue una recomendación de Mi tocadiscos Dual y la verdad es que me ha gustado mucho. Conseguí algunos de los anteriores y no me han convencido.
    Salud socio

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    1. A mi me ha pasado a la inversa, lo conocí con un disco de 2011 que me encantó, y luego fue publicando discos que no me gustaban demasiado y ahora este que sí que me ha gustado bastante.
      Salud.

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    2. Pero en Mi Tocadiscos Dual escuchan discos o simplemente los puntúan de carrerilla?

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  3. Me ha encantado tu reseña, Jorge, de un disco al que le tengo un cariño especial, primero porque me gusta y segundo porque escuché medio disco el año pasado en el maldito confinamiento y eso marca. Para mí es un disco que tiene unas cotas de lirismo que conecta con mi sentir musical y le perdono sus excesos, que los tiene, pero me gusta, que es lo que importa. Ah! Y no entiendo la polémica que ha suscitado si es un disco más. Te gusta o no te gusta. Salud, amigo.

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    1. Si que se ha liado con el disco sí. En cierto modo es verdad que eso es parte del juego en el que participamos los más musiqueros.
      A mi el disco me ha gustado y creo que en especial tiene tres o cuatro temas excelentes, a otros les quitaría bastante producción, pero me parece un disco notable.
      Un abrazo.

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  4. Pues coincido con Imanol. Es un muy buen disco a mi entender. Yo personalmente comentaba ayer en algún post que, dadas las expectativas después de leer las primeras reseñas, es un trabajo que no acaba de atraparme pero que puede escucharse muy a gusto, como pienso aún hacerlo en más de una ocasión. Faltaría más, estoy hablando de un artista que en la pequeña sala Azkena de Bilbao me ha dejado estupefacto con su buen hacer en un par de ocasiones.

    Como nota discordante y, dado que cada uno relacionamos la música con unas vivencias particulares, el “Lifted” del 2018 me parece otro muy buen disco por más que aquí se haya hablado de que los trabajos intermedios de Nash carecen de interés.

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    1. Estuve en aquél concierto en la sala Azkena, estaba hasta los topes. Como digo, sus anteriores discos no han terminado de convencerme, este desde luego que sí.
      Gracias y un saludo.

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