Del-Lords - Frontier days (1984) - Mis discos de los ochenta


 ...nos encontramos ante una propuesta divertida, energética y un tanto juerguista que no puede fallar...

En este extraño y complicado año de temores en el ambiente, fuego cruzado informativo, verguenzas políticas, mascarillas y confinamiento, confieso que lo que me apetece es un poco de música para mover osamentas y disfrutar del rock and roll de toda la vida, el que no tiene prejuicios ni busca una vuelta de tuerca al género en pos de una etiqueta propia y paradigmática. Es decir, que me apetece gozar de mi música favorita tal y como la entienden los corazones de todos los rockeros del mundo cuando cerramos la puerta del cuarto y sabemos que nadie nos ve, como la entendíamos de teenagers.

Así que me he enchufado un disco que aunque he debido escuchar varios millones de veces, hacía mucho que no pinchaba: se trata nada más y nada menos que del debut de los norteamericanos Del Lords, el mítico "Frontier Days".

El grupo del guitarrista de DictatorsScott Kempner, se dedica a ejecutar canciones de rock and roll pionero, de esencia pub, con elementos garajeros y un suave pero apreciable tono country.

Tras lo dicho, es evidente que nos encontramos ante una propuesta divertida, energética y un tanto juerguista que no puede fallar, salvo en aquellos dotados de corazones cargados de horchata, o en el peor de los casos silicona.




Con producción de Lou Whitney y la propia banda, estos cuatro tipos despachan una decena de canciones en las que no se aprecia asomo de paja, y sí sobredosis de melodías, actitud y sonido que engancha y hace amar el rock and roll aún más durante su escucha y el desparrame consiguiente.

Si me permiten empezaré por el cuarto corte, "Double Life", por fresca, porque su estribillo es una proclama a la mejor juventud: a la frenética, a la de pasillo de instituto en busca de tu chica de la clase del fondo, la de tardes heróicas de huida furtiva con ella, con las mochilas al hombro en busca del sol primaveral del parque, en busca de aquellos besos que son los mejores, mi tema favorito del disco.




Pero en este catálogo nos encontramos también la magnífica versión del tema de Alfred Reed "How can a poor an stand such times and live" que abre el Lp.

Y pelotazos como "Get tough" de encendida acción guitarrera y tono gamberro, la enraizada y de pegada rockabilly "I play de drums" imposible no disfrutarla; como muy difícil es aburrirse con la adictiva "Burnin' in the flame of love" con ecos surfs.

El country se deja querer por el rock e incluso el pop en "Pledge of love"; mientras que "Shame on you" es un encendido rock juvenil.

"Mercenay" es otro tema de épica cincuentera, y las acústicas aparecen en el medio tiempo "Feel like going home" con el que culmina el disco. No olvidamos el rock arisco y rocoso: "Livin' in love".

Es interesante el ejercicio de retrotraer el esqueleto y los biorritmos a los tiempos en los que la vida no tenía coordenadas espaciotemporales y todo empezaba ahora y parecía que no acabaría nunca. Os recomiendo un experimento, recordar a Del Lords y su "Frontier Days", otro de mis discos de los ochenta.



Comentarios

  1. Acabo de desempolvar su "Johnny Comes Marching Home" del 86 y, la verdad, tuve predilección por este disco en aquella época. Me imagino que no variará mucho con la obra que comentas. Rock sin edulcorantes ni conservantes, el envasado en versión original para hacer disfrutar a la peña, también tiene su toquecito nostálgico, en este caso recordando en algún tema a los soldados vueltos a casa desde Viet-Nam. Me recuerdan un poco, con el filtro lógico del paso de los años, a su paisanos The Optic Nerve, un combo en que también había miembros italo-americanos.
    Abrazos,

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    Respuestas
    1. Efectivamente Javier: tanto monta, monta tanto. Ambos son estupendos y están concebidos bajo el mismo espíritu.
      Me apunto a esos The Optic Nerve, gracias.
      Abrazos.

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