The Stooges - S/T (1969)


 ...atrincherados en sonidos grasientos y de sucia electricidad, arrebatada base rítmica y escurridiza vocalidad...

Nunca hasta este día del señor de 18 de abril de 2020, año del confinamiento, me había atrevido a escarificar sobre el lienzo lumínico del PC mis inquietudes a propósito de The Stooges.

Hoy, en medio de este asfixiante y un tanto opresor ambiente de claustrofobia y encogimiento ante la realidad, creo que las liturgias apesadumbradas y nihilistas que en relación a las esencias y deflagraciones humanas nos escupen los de Detroit desde su debut, son un buen caldo de cultivo para no echar por la borda el arte de reflexionar sobre lo que nos rodea en estos días oscuros y extraños.

Ellos entonces se agarran al rock, recogiendo lo que otros han ido depositando en años de investigación y talento, lo trituran y contaminan para ponerlo a la altura de las aceras, llevarlo al interior de las oscuridades rotatorias de las psiquis más retorcidas e incluso para esconderlo debajo de las camas que ofician de receptáculos pecaminosos y degenerados.

Empañan las tiernas miradas románticas con lascivia y lujuria y hacen sangrar el tradicional culto a la reputación, tan imperante en la hipócrita sociedad americana, para embadurnar con los fluidos resultantes de la amputación, los brillantes espejos en que se miraban las elegantes estrellas del swing y de Hollywood, modificando con el nuevo y pútrido reflejo una realidad que en años precedentes ya empezaba a imponerse, aunque no de manera tan brutal como se presentaba en 1969 de la mano de MC5 y su incendiarias soflamas políticas primero, y de The Stooges con su impúdica visión humana un poco más tarde.


Los hermanos Asheton, Dave Alexander e Iggy Pop se reunían bajo el amparo del sello Elektra, que meses antes hizo de arriesgado anfitrión para el lanzamiento de MC5, y allí cobijados dieron rienda suelta a su inquietante visión de la vida, el sexo, el amor, y el agobio existencial, atrincherados en sonidos grasientos y de sucia electricidad, arrebatada base rítmica y escurridiza vocalidad, contraatacando así a una hostilidad patriarcal que concentraba sus hieles contra la juventud y el rock and roll como virus letal para las costumbres americanas, ellos (y otros) fueron la mutación del virus que haría del rock and roll una bestia dotada con mil vidas.

Proto punk le llaman a esto, un servidor no es muy de etiquetas, pero que nadie piense que el punk nace por generación espontánea tras los desvaríos reaccionarios y antisociales registrados en Londres por Sex-Pistos en 1977, como digo, el virus había mancillado los cerebros de muchos años atrás, y The Stooges tuvieron mucho que ver con aquello.

En su primer larga duración de título homónimo, vierten su naturaleza salvaje y en parte intelectual asentando la furia y rabia contenida en los entornos musicales aportados por las guitarras lacerantes y azuferinas de Jimmi Hendrix, las profanaciones al blues de los Stones, el letargo psicológico y underground de la Velvet o las hipnóticas incursiones tribales de The Doors, obteniendo un ramillete de temas que se regodean en la diversidad mirando a un punto concreto del espacio donde depositar su bilis y su desencanto.



Se conjuga el blues y la psicodelia, el rock con el hard rock y aparece, ardiendo en medio de la pira, el antecedente casi hormonal del punk. El encargado de encender el fuego, avivarlo y no dejarlo morir es nada menos que John Cale, que aparece en la producción como un mesías enviado por el destino y que introduce su viola eléctrica en las arrugas de la cavernosa "We will fall".

Temas que deflagran su energía en derredor como "1969", "I wanna be your dog", "No fun", "Real cool time", "Not right", "Amn" y "Little doll" son partes imprescindibles de un todo que con el tiempo fue creciendo en torno a lo aquí expuesto, llegando años después a una explosión que parecía incontrolable pero que fue controlada, cosa que no ocurrió con el debut de The Stooges.

Comentarios

  1. Bueno, ya sabes que los Stooges son mi grupo. Disco esencial que habla de la grandeza extrema del cuarteto por sus propias cualidades y porque "Fun House" y "Raw Power" son incluso mejores. Muy buena entrada, Addi.

    Abrazos.

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    1. A mi, creo, que me gustan los tres discos por igual. Soy consciente de que es un grupo muy especial para ti.
      Abrazos

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  2. Pues mira, independientemente de considerar este "The Stooges" como fundamental, yo prefiero de esta banda sus grabaciones más desastrosas, más guarras, por entendernos. Discos como "California Bleeding", "Raw Stooges, Vol 2" o "Metallic´KO", muestran su cara más depravada, más cercana al vómito, la pura esencia de lo que para mí representa su estilo.
    Abrazos,

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    1. Claro, son grabaciones más causticas, aunque en cierto modo más sinceras y reales con respecto a la verdadera idiosincrasia de la banda.
      Abrazos

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