Gabinete Caligari - "Cuatro rosas" (1985) - Mis discos de los ochenta.


"Cuatro rosas" es uno de esos discos que significan para mi la vida, mi historia contada por medio de canciones...

Ignoraba el pasado siniestro y post-punk de Gabinete Caligari cuando con apenas catorce años compré el mini-Lp (entonces se llamaban así) "Cuatro rosas".

La repetición en bucle del tema de título homónimo en emisoras de radio terminó llamando mi atención sobre lo que podría esconder el resto del disco.

Cuando escuché "¡Caray!" ya estaba totalmente convencido de que debía utilizar la paga semanal en adquirir el disco, por supuesto jamas me arrepentí de aquella decisión.

Con la movida agonizando y el espectro musical patrio abarrotado de sintetizadores y tecno-pop, con Alaska y Dinarama partiendo la pana en el plano comercial post-movida, con Mecano vendiendo copias por cientos de miles y Radio Futura o Nacha Pop llevándose los titulares más elogiosos por parte de la crítica, solo quedaba el contra plano que ofrecían los grupos del 'Rollo', también en una evidente decadencia, o cuando menos perdiendo fuerza y acción suburbial; ¿Cuál era entonces el espacio destinado a un grupo como Gabinete Caligari?.

Analizando aquél paisaje, la respuesta es evidente: ninguno. Gabinete, o mejor dicho, su propuesta en cuanto a temática en letras y música, además de su actitud, vestuario y sonido, no encajaba en ningún rincón dentro de aquel espectro ochentero de post-modernidad y de dejarse llevar por la resaca de los años de lucidez pija y contraataque de las huestes del barrio.
Si hubo una rara avis en los ochenta, esa fue Gabinete Caligari. Sin embargo triunfaron, y lo hicieron de forma masiva.

Resulta extraño pensar que pudieses retirar del plato "La Ley" de Radio Futura, con su vanguardia, su sonido europeo y rupturista, y por descontado, moderno, y pinchar a continuación el disco de unos tipos que no estaba claro si cantaban chotis, boleros o tangos electrificados, que portaban unas patillas que irremediablemente recordaban a Curro Jiménez, camisas de lunares más aptas para un grupo de cantaores ambulantes y una chulería de barra de bar, - que no de pub, ni de local de moda en malasaña -, me refiero a bar con barra de zinc, azulejos vetustos de castiza pigmentación y suelo embarrado con serrín y palillos. ¡Pues lo hacíamos!, cambiábamos al sofisticado Santiago Auserón por el cañí Jaime Urrutia... ¡y tan frescos!.

Tal vez esa osadía presentada casi con soberbia por parte de Jaime, Ferni y Edi, ese ir a su bola sin pretender mimetizarse con el entorno, fue lo que de manera inconsciente (al menos en mi caso) convenció a la masa, - que como saben siempre se enamora de las causas perdidas y las apoya como si de su propia supervivencia se tratase -, que terminó dejándose seducir por el anticlimático y poco estiloso (a priori) proyecto de Gabinete Caligari, y sucumbir a su personal óleo musical y visual.
Eso, y que "Cuatro rosas" es un disco grandioso. Seis canciones sin un solo segundo de relleno, con el pelotazo homónimo ya conocido, donde se intuye un eco country mezclado con toda la sabiduría popular del madrid más enraizado.

La controvertida letra de "¡Caray!", con una insinuación a los sonidos de musical, al swing, a Cole Porter y varias toneladas de chulería en la articulada vocalidad de Jaime Urrutia, y vientos que no parecían encajar con nada de todo aquello, pero que encajaban.

Pero los vientos eran uno de los matices diferenciadores y definitivos del sonido de los Caligari, se repiten, y se disuelven con los sintetizadores en la sublime "Más dura será la caída", con una guitarra rockera, una letra que tampoco empasta con los arquetipos de la época y un estribillo fulminante y colosal.

"Tango" es un título que hace referencia más al concepto del texto que a un estilo musical. Finalmente es un precedente del más genuino sonido del grupo, el que desarrollarían en su siguiente disco. Todo fluye a pesar de unas teclas que sorprendentemente funcionan a la perfección dentro del conjunto sónico.


También "Haciendo el bobo" es un tema que anticipa sonidos y esencias futuras (principalmente de "Al calor del amor en un bar"), menos trascendente en su literatura, pero igual de contagiosa y exclusiva dentro del contexto histórico-musical.

Y finaliza el EP (que se diría hoy) con quizás mi tema favorito de todos los que grabó la banda, "Esclavo de tus pies", tan sencilla, romántica y sumisa, con el binomio sintetizador/vientos de nuevo haciendo estragos, energía en cuanto a la percusión y melodía adherente, y una parte instrumental que viaja del soul al rockabilly, una debilidad personal.

"Cuatro rosas" es uno de esos discos que significan para mi la vida, mi historia contada por medio de canciones, de instantes relacionados con ellas, de latidos adolescentes y recuerdos adultos, algo que va más allá de un ramillete de grandes canciones que mantienen la lozanía hoy, igual que explotaba en mis oídos en 1985.

Comentarios

  1. Gran texto, Addi. Toda la personalidad que explotaba en "Camino Soria" ya estaba en "Cuatro rosas".

    Abrazos.

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    1. Efectivamente, es un camino que se va haciendo al andar y que empieza aquí.
      Abrazos.

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  2. Y muchos años despues, pudimos ver a dos de ellos, interpretando el cancionero de Neil Young, en Frias, como si no hubiera mañana. Gran artículo y muy fan de los GG.

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    1. Efectivamente, momento muy especial sin duda. Yo también he sido y soy muy fan de los Gabinete.
      Un abrazo

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  3. Se conoció entonces su propuesta post-punk como rock torero (ellos eran aficionados declarados), una mezcla castiza, chulesca y afectada por el ambiente de los bares que solo se daba en el Madrid costumbrista de entonces (esa atmósfera todavía se conserva en algunos barrios). Quizás fue la banda más original de la movida y la que agrupó a mayor número de seguidores de todo tipo y condición (a mi santa madre le gustaban mucho). Este EP es ya una obra clásica.
    Abrazos,

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    1. Si, aunque he escuchado en algún sitio que no les gustaba mucho lo de rock torero, yo me hice muy fan de ellos y eran mis favoritos cuando contaba con 14 o 15 años.
      Saludos.

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