JD McPherson - "Let the Good Times Roll" (2015)


Finalmente, por fatalidades del destino, no pude asistir al concierto de JD McPherson en el pasado ARF, me contaron durante el festival y una vez transcurrido éste, que fue uno de los bolos destacados de la edición, como se suele decir: otra vez será.
Pero no me extraña que lo fuera a tenor de lo que contenía y contiene su segundo y hasta la fecha último disco en formato LP, este: "Let the Good Times Roll" que supone una continuidad lógica pero más ambiciosa en el apartado sónico, con respecto a su antecesor, el también excelente: "Signs and Signifiers" (2012).
La producción de Mark Neill, quien ya había dado muestras de buen hacer con los Black Keys del "Brother", hace que esta segunda entrega resulte más rica en lo sonoro, por tanto menos lineal y predecible, sin que esto suponga una perdida de las señas de identidad del autor.
Estas señas no son otras que las atribuibles a un rock de esencia cincuentera, con aire retro y ritmo que atrapa, todo clásico y encerrado en unas melodías que funcionan, con una interpretación vocal que va en la onda del carácter de cada canción, con facilidad para la coloración vocal y el fraseo.


Imposible evitar el buen rollo y las ganas de bailar con la rítmica y deliciosa: "Let the good times roll", que aporta pianos honky-tonk y guitarras vintage.
Un blues de aire pantanoso que muta a un estribillo de aire cajun sorprende en "Bossy" y ritmos acariciados con vientos en el rythm & blues bailable del medio tiempo: "It's all over but the shouting".
Pianos y guitarras abren el envoltorio de la bonita balada soul tiernamente cantada y titulada: "Bridgebuilder" y que cuenta con la colaboración del Black Keys Dan Auerbach, especialmente evidente en la guitarra final.



"It shook  me up" es un rock and roll al más puro estilo Little Richards con enérgico piano, y "Head over heels" suena garajera y bailable, para pubs de baja estopa.
No salimos del garaje, en esta ocasión más diluido en soul y con mucho groove en la estupenda: "Shy boy".
Sonidos más sesenteros con ciertos ascendentes lisérgicos que hacen de "You must have little Caroline" un tema sugerente y viscoso. Bonita, clásica y luciendo un bonito barniz vocal la balada negroide: "Precious".



Se nos invita a bailar con un rhythm & blues a la vieja escuela en la oscura y farragosa: "Mother of lies", y finalizamos el recorrido por los años de los pioneros con un tema muy enérgico, un rockabilly a lo Eddie Cochran titulado: "Everybodys talking bout the all american".
Un disco que he revisitado tras varios meses de olvido gracias a la recomendación de mi hermano, ahora lo disfruto y lamento la perdida de la ocasión para bailarlo y sudarlo el pasado junio en Gasteiz.

Comentarios

  1. Gran disco, es verdad que tiene un aire Little Richard, pero mas oscuro . Al principio no me gusto tanto como el primero, pero va entrando hasta engancharte. Un abrazo,

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    1. Yo lo he tenido un poco olvidado pero últimamente lo he recuperado, y es estupendo, muy divertido.
      Abrazo.

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  2. Wow!, este JD es buenisimo!!!, leí la reseña en el Popu sobre su magnifica actuación pero no me había decidido a ir a por él. Gracias a tí y a tus certeras palabras lo tengo mas que claro Addison.

    Saludos

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    1. Es un disco que no puede aburrir, tengo entendido que en el ARF estuvo genial, me lo perdí y bien que lo senti.
      Saludos.

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  3. pese a la fama del primero este segundo es mucho mejor . Ha pulido aristas y tiene mejores composiciones

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    1. A mi me gusta más este, mas redondo y como dices com mejores composiciones.
      Saludos.

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