Willy Tornado - "A 11.000 Km." (2014), Discos en la legua de Cervantes.

No se si soy yo que me ha dado una neura, o es algo real, algo que esta ocurriendo en este momento, pero lo cierto es que de unos meses a esta parte no dejo de descubrir material de artistas españoles que me están gustando mucho, tanto que no veo diferencias con lo que nos llega de allende los mares. Y eso que yo siempre he defendido la música nacional, siempre he pensado que estaba infravalorada dentro de las fronteras que separan a los indígenas del país oficial de la envidia, y que ésta es la que mantenía a nuestros artistas (de cualquier disciplina), siempre en un escalón mas bajo de lo que realmente les correspondía dada la calidad de su obra.


Pero en este momento enumero discos y personalidades dentro del espectro musical hispano y lo que veo me deslumbra tanto como lo que llega flotando desde las praderas atravesadas por el Mississippi, desde los barrios oscuros de London's suburbs, de los locales que se elevan del congelado suelo de las avenidas de Oslo o de las aisladas ciudades de los antípodas.
A los Chencho Fernandez, Pablo and The Appleheads, Bantastic Fand, Radiadores, LGEB, Lanuca, Dudas Strummer, Soul Jackets, Doctor Divago, Cooper, Fakeband, Salto y alguno que aún me queda pendiente, me permito añadir el nombre de este barcelonés afincado en Madrid que se hace llamar Willy Tornado y que el año pasado se marco un disco, este que comentamos y que se titula "A 11.000 Km.", que creo que no debe seguir en el semi-anonimato que entiendo que habita.
Y eso que no es un novato en el mundillo, durante años militó en los infravalorados: The Freewehlin' Tornados, pero ahora sólo, nos presenta un disco de esos que llega, al menos a los tipos de mi perfíl vital, nos llega.


Y es que es un disco cuyos textos reposan sobre el asfalto caliente y pisoteado de la ciudad, el sonido tiene ese eco de solitaria muchedumbre que habita en los apartamentos pequeños y repletos de electricidad estática en que viven los solitarios, allí arriba, donde el aire contaminado es imprescindible para los que no se saben desenvolver fuera de la urbe.
Y yo, que soy urbanita hasta el tuétano de los huesos, que intenté ser de pueblo y no tuve la suerte de conseguirlo, y la vuelta a la ciudad me ha mostrado a mi mismo como un ser atrapado por el vidrio y el aluminio de la civilización individualista y atropellada de la urbe, solo puedo sentir los temas de este trabajo como algo imprescindible para soñar, para no verme tan solo entre el bullicio, porque me siento como Willy, siempre "a 11.000 Km.", todo tan cerca, todo tan lejos.


Con producción de Alex Vivero, que además toca guitarras, Ramiro Nieto a las baquetas y Germán Salto también a las seis cuerdas entre otros para ayudar al bajo y la voz de Willy, entre todos fabrican este disco de letras desnudas y sonido americana con toque songwriter que Willy comparte con el oyente a modo casi catártico.
Y empezamos a compartir espacios vitales y anímicos con: "Dandys y Doncellas", donde nos relata la fauna nocturna de forma entregada y poética: carmín, alcohol y palabras fugaces que se pierden al alba resumen de forma cruda visiones, y rosas de papel y kilos de mentiras sentimientos, o viceversa, un gran tema rock en clave de medio tiempo eléctrico.



Bajo una acústica bañada de la electricidad de unas guitarras, la voz doliente de Willy habla de lo que necesita para que no se vaya su chica, "Te Vas" es una canción desesperada con imponente presencia del Hammond, este sonido continua presenta en la mas soulera: "Clabu", nuevamente el artista desnuda su alma ante un amor difícil, armónicas y desesperación para otro gran tema.
El tema que bautiza el álbum nos habla de la vida lejos de los seres que comparten nuestros días, cuando la existencia la observamos desde fuera, desde la distancia física y psíquica, otro tema con la relación amorosa en su fibra, y en "Musas" el barcelonés busca inspiraciones mas alegres (esa chica perfecta), una musa que deje a las lágrimas descansar y al miedo derrotado, acústicas y letanías countrys en acústicas y banjos.





Una balada de eléctrica sonoridad y tristeza aplastada contra el retrovisor que mira al pasado en "Cuando el Lugar no nos Importaba", y un rock de Springsteeniana vocación y riqueza instrumental se nos entrega libre y ligero pero estupendo en texto y melodía en: "De Repente" donde el miedo una vez mas juega en nuestra contra, saxos y teclas que juegan con guitarras enchufadas y sueltas de corriente, un tema genial.
"Costa Brava" es un gran tema que habla de amistad adolescente, de veranos y de primeras veces, y "La Casa en la que Solíamos Estar" es otro corte acústico de letra desnuda y sincera que se desliza por una bonita melodía, y el disco lo cierra la breve balada: "Dulces Andares", donde la tristeza retoza con pianos y acústicas, y la voz sincera de Willy vuelve a hablar de amores que penden de un hilo, bonita y sincera despedida de un disco bonito y sincero...y rockero y sinuoso, y sugerente y poético, y como decía al principio...urbano y solitario.



Más que notable disco este debut en solitario de Willy Tornado, perfecto en construcción de melodías, sonido americano de nocturno y nostálgico songwriter, letras sinceras y sangrantes y hecho en la lengua de Cervantes, un producto elegante y sensible que merece mas presencia y comentarios por ser, como otros tantos, un gran trabajo de un artista de aquí, de un país donde también hay artistas, poetas y músicos de calidad, y no pocos.

Comentarios

  1. Otro fan de Keith Richards; pero éste, afortunadamente, suena muy bien; para nada lo conocía, querido Addison, así que, me tendré que poner manos a la obra, porque lo que conocí de Duudas Strummer, me ha gustado y mucho. Abrazos.

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    1. Si te gusta Lapido o Quique Gonzalez te gustará Willy Tornado, lo ienes en el spotify.
      Saludos.

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  2. No tenía el gusto hasta ahora. Suena interesante.

    Un abrazo!

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    1. Como le digo a Alex lo tienes en spotify, creo que te gustará, buenos temas bien orquestados y bonitas letras.
      Un abrazo.

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